Un supuesto enfoque científico

21 min readApr 28, 2019

https://cuentos-cuanticos.com/2016/10/26/la-foto-51-del-patron-de-difraccion-a-la-estructura-del-adn/

Que las religiones abrahámicas encuentren en la familia la materia prima de sus proselitismos tiene que ver y mucho con los entramados e imbricaciones sociales que se desarrollan en las organizaciones y sociedades.

La familia como materia prima de almas

La asimetría genérica que la evolución ha proporcionado al humano a lo largo de siglos atribuyó a hombres y a mujeres una diferenciación genérica. La caracterización genérica tenía implicaciones, jurídicas, físicas, emocionales, laborales, se extendía a la apariencia externa, repercutiendo en los códigos de vestido, en los ademanes, en las actitudes, en la gesticulación y en los más pequeños movimientos de la vida cotidiana de las personas, en su identidad y en su manera de relacionarse en/con la sociedad. Hoy en día, la lucha por los derechos de personas no heterosexuales depende en gran parte de si la no heterosexualidad está situada en la tipología psicológica moderna o en la tipología religiosa-moral más antigua. El conservatismo de las religiones abrahámicas, considera la no heterosexualidad como un comportamiento voluntario y pecaminoso que pone en peligro los fundamentos de la sociedad. El postulado fundamental de todo conservatismo reside en la afirmación de que la organización, funcionamiento y progreso de toda sociedad civilizada ha de condicionarse a ciertas bases esenciales de tipo espiritual y moral, que deben presidir y encauzar la vida colectiva.

Las actitudes hacia la no heterosexualidad han sido objeto de investigación en la literatura científica y académica desde principios de 1980. Antes habían habido algunos intentos potentes. La mayoría de la investigación en este campo se han realizado bajo el uso del constructo “homofobia”, definida como el miedo de las personas heterosexuales a estar en un mismo lugar con gente no heterosexual, o en el caso de una persona homosexual, autoaversión.

En este texto se va a usar homonegatividad por homofobia al considerar que es más apropiado hablar de homonegatividad que de homofobia. La palabra homofobia, al incluir “fobia” tiene asumidas unas reacciones fisiológicas como sudoración en las manos, palpitaciones, conductas de evitación, asco, etc., “la persona que está sufriendo ese estado no lo puede evitar, ni controlar”, homonegatividad está más relacionados con las emociones de ira y enojo que son reacciones más “cognitivas” y basadas en unas falsas creencias que dotan de “inferioridad a un conjunto de personas”. Por otra parte, en el continuo del espectro humano a las personas LGTBIQ+ lo denomino “no heterosexual”. En este texto intento poner de relieve cómo textos antiguos rigen la moralidad actual con el fundamento delirante de un amigo imaginario “que lo quiere así”.

Estos textos morales que algunos hombres disfrazados han puesto mucha vehemencia, a través de los siglos, para que su estatus fuera adquiriendo poder y propiedades en un principio, y a continuación todos sus esfuerzos para imbricar la leyes divinas que proponían con las leyes civiles y penales que procuraban los legisladores del momento, con la idea de expansión constante, lo que han denominado “universalidad”, donde se hace un proselitismo concreto de la función reproductora del ser humano, desde un aspecto divino y revelado, indicando que todos los actos que no tengan que ver con la reproducción humana dentro de un matrimonio sagrado, “hombre/mujer”, y con la finalidad de procrear deben ser desechados y tratados como pecado o como inmoralidad, con la consiguiente penitencia que eso conlleva. Esta moralidad falsamente vendida como una revelación divina, ha sido motivo de sufrimiento para muchísimas personas a lo largo de la Historia y en el momento actual.

Aprendiendo conceptos

El concepto de homonegatividad: “hace referencia a las creencias prejuiciosas, reacciones emocionales negativas, actitud de rechazo y conductas de estigmatización y discriminación hacia las personas no heterosexuales”.

Se indica homonegatividad internalizada cuando la propia persona no heterosexual interioriza en su auto-concepto sentimientos negativos, prejuicios y discriminación por no ser heterosexual, llevándola a conflictos internos, baja autoestima y malestar con la revelación de su orientación sexual a los demás.

La homonegatividad puede presentarse con ciertas variaciones:

cognitiva: pensamientos negativos sobre la no heterosexualidad, “es antinatural, inferior o indeseable”.
afectiva: sentimientos de rechazo ante las personas no heterosexuales.
liberal: acepta o ‘permite’ la expresión de la no heterosexualidad en el espacio privado, pero en ningún caso considera correcto que se haga en público.

El contexto social dominante, es decir, del heterosexismo, entendido según Hide y Delamater, como “la creencia de que todas las personas son heterosexuales y de que la heterosexualidad es la norma, y la no heterosexualidad es lo denigrante” no permite aceptar el amplio rango del espectro humano en cuestiones de relaciones interpersonales adultas y responsables, así, no piensan que la homosexualidad es “una categoría de la orientación sexual que se define como la atracción erótica-afectiva entre personas del mismo sexo”, y la bisexualidad entendida como “la atracción erótica-afectiva simultánea hacia personas del mismo sexo, como del sexo contrario”, consideran que ambas orientaciones atentan a su moralidad divina.

Los fundamentalistas provenientes de religiones monoteístas abrahámicas (tanto de las ramas del cristianismo como del islam), y las corrientes neoconservadoras ultracapitalistas de algunas formaciones políticas se oponen con toda vehemencia a que se les concedan derechos sociales a los no heteresexuales manifestando que se les “califique de enfermos” porque expresan o realizan conductas inmorales a su dignidad divina que el amigo imaginario les ha concedido.

Tenemos claros algunos conceptos. La heteronormatividad y la homonegatividad generan en personas homosexuales un estrés particular, por el simple hecho de pertenecer a una minoría sexual. Estrés al que las personas heterosexuales no tienen que hacer frente.

La homonegatividad personal surge de la creencia de que los no heterosexuales “son merecedores de odio o lástima por no poder controlar sus deseos, y que son personas anormales”.
La homonegatividad interpersonal surge si el prejuicio personal se manifiesta en acciones discriminatorias (burlas, agresión verbal o física, y otras formas de violencia).
La homonegatividad institucional existe cuando las instituciones educativas, religiosas, de investigación, empresariales, judiciales y profesionales, ejercen presión sobre las personas no heterosexuales.
Estudios afirman que la religiosidad se asocia con mayores niveles de homonegatividad internalizada.

Adolfsen (2010) estructuró la homonegatividad en 6 dimensiones:

reacciones afectivas
igualdad de derechos
aspectos sexuales / visibilidad
homonegatividad moderna,
reacciones afectivas hacia un amigo o conocido
aceptación de la no heterosexualiddad en un sentido general.

Los académicos (por ejemplo, Stacey y Biblarz, 2001; Tasker y Golombok, 1995) han encontrado que los hijos adultos criados en familias homosexuales y lesbianas no difieren de los criados en familias heterosexuales en lo que respecta al bienestar, el funcionamiento psicológico o las relaciones interpersonales. Además, Patterson (2006) declaró que al igual que con otros grupos marginados, las suposiciones sobre gays y lesbianas son apoyadas más a menudo por estereotipos sobre evidencia empírica.

La base de los mensajes homofóbicos en las religiones abrahámicas del cristianismo, el judaísmo y el islam a menudo se derivan del “Código de Santidad” del Levítico (Johansson, 1990) y Romanos 1: 18–32 (Fulton, Gorsuch y Maynard, 1999; Yip, 2005). En las religiones abrahámicas, la interpretación de las doctrinas varía; algunas denominaciones consideran sus escrituras como la palabra de Dios y pueden usar una interpretación literal, mientras que otras denominaciones permiten más traducciones simbólicas de las escrituras (Van Voorst, 2008; Wilcockson, 2005).
Varias denominaciones de religiones musulmanas, hindúes, judías y cristianas tienen creencias con respecto a las personas gays y lesbianas (Hunsberger, 1996) y, por lo tanto, las enseñanzas religiosas pueden llevar a una variedad de consecuencias tanto para los padres gays como para las lesbianas y sus hijos.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4250972/

Un poco de antecedente histórico

En el siglo II se denunció al movimiento cristiano, un tal Celso que dicen era filósofo, por otorgar un “protagonismo sospechoso” a las mujeres, por hacer de la habitación de las mujeres lugar de instrucción (Contra Celso III 50.55), por favorecer su participación en banquetes públicos (Octavio 9) y por introducir peligrosamente a los hombres en la esfera doméstica, rompiendo la tradicional división de los espacios según el género.

Pero un tal Tertuliano, allá por el año 176, dejó las cosas claras respecto a las mujeres, dijo:

“¿No sabéis que cada una de vosotras es una Eva? La sentencia de Dios sobre vuestro sexo sigue vigente en este siglo: la culpa debe existir también necesariamente. Vosotras sois la puerta del Diablo, sois las transgresoras del árbol prohibido, sois las primeras infractoras de la ley divina, vosotras sois las que persuadisteis al hombre de que el diablo no era lo bastante valiente para atacarle. Vosotras destruisteis fácilmente la imagen de Dios que tenía el hombre. A causa de vuestra deslealtad incluso ha de morir el Hijo de Dios”.

Con las personas no heterosexuales al principio “no lo tuvieron claro”, pero poco a poco la Historia ha revelado, que parece ser que se llegó a la conclusión, cosa que costó unos pocos siglos, que estas orientaciones “tampoco sirven para la procreación por eso hay que combatirlas”. La situación “nueva que planteaba ese primitivo cristianismo con una verdad divina revelada” se fundamenta en vírgenes, resucitados y célibes. La reproducción humana está regida por un amigo imaginario que está presente en los lechos donde se encuentre un hombre y una mujer para realizar la conducta del coito con fines reproductivos. Unos misterios que los padres patrísticos católicos se encargaron de justificar ante la Historia conocida.

Las personas de la curia eclesiástica católica se han erigido como los salvaguardas de una moralidad sexual que consideran que “la Ciencia los ha traicionado” en asuntos de la no heterosexualidad:

Las enormes presiones del lobby gay, ajenas a toda consideración científica, consiguieron que en 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) suprimiera la «atracción sexual hacia el mismo sexo» (AMS) del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM). Dos años después, la Asociación Americana de Psicología también apoyó dicha supresión. Posteriormente, en 1990, de nuevo la presión del lobby gay y de estas y otras muchas instituciones, propició que la Organización Mundial de la Salud (OMS), dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), también excluyera la AMS de su Clasificación Internacional de enfermedades (CIE). Dicho todo esto, todavía hoy los profesionales de la psiquiatría y la psicología pueden ofrecer legalmente su ayuda a las personas con AMS que libremente lo solicitan con la cobertura médico-legal que ofrece la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Clasificación internacional CIE-10 y en particular en su apartado F66.1; en dicho epígrafe se describe la llamada «orientación sexual egodistónica» y se contempla la posibilidad de «solicitar tratamiento».

La curia eclesiástica católica, por su cuenta, ha creado el Método de Curación de las Heridas en Personas con AMS (Atracción mismo sexo). Poniendo un dios, amigo imaginario, en el origen de la vida, los hombres disfrazados que trabajan para la industria de la iglesia siguen una exquisita logorrea para convencer a las poblaciones que “son poseedores de la única verdad divina que existe”, que la razón, contenida en la fe, es la que ha proporcionado algunos conocimientos derivados del conocimiento divino y es el dios que está en todas partes el que pone en el camino de los ciclos vitales de algunas personas las semillas para que se evoluciones en el conocimiento, y a este dios hay que guardarle pleitesía y dineritos.

Entre estos conocimientos divinos que la iglesia guarda y custodia, se encuentran las más deliberadas y delirantes justificaciones a por qué al amigo imaginario no le gusta la tendencia no heterosexual y los comportamientos no heterosexuales. Los distingue y aplica métodos diferentes a las personas que manifiesta una u otra. Para eso la industria de la iglesia se ha encargado de estudiar distintas ramas científicas para fundamentar sus conclusiones con verdades reveladas divinas usando el Método Científico para dar validez de contenido y externa con la suficiente autoridad para dar carácter de universalidad a sus delirios.

Para ello hacen sus concilios y mandan sus encíclicas para que la industria de la iglesia siga imbricándose en todos los aspectos sociales, privados o no, de las personas. Por ejemplo, en 1950 León XII publicó una encíclica llamada “humani generis” sobre las falsas opiniones contra los fundamentos de la doctrina católica.

http://w2.vatican.va/content/pius-xii/es/encyclicals/documents/hf_p-xii_enc_12081950_humani-generis.html

En 1998 otro papa, Juan Pablo II, continuó con los mismo en un texto que llamó fides et ratio para que quedara claro que:

en un principio está dios, que revela la verdad divina a la iglesia, la iglesia filtra la información y decide qué es importante y que no, luego se lo pasa a la filosofía que aplica la lógica y demás métodos y modelos para verificar que la verdad revelada de la iglesia es “verdad, verdad”, y luego ya la ciencia se encargará de poner las pruebas empíricas para que todo coincida como “la iglesia lo ha dicho”.

http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio.html

Por ello se consideran a sí mismos como los portadores de las verdades divinas y no dudarán en usarlo. En la carta a los obispos de la iglesia católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales firmado por 1986. Joseph Card. Ratzinger, prefecto, por orden de Juan Pablo II, 1986.

http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19861001_homosexual-persons_sp.html

Deja claro que van a poner los medios posibles a su alcance para que las decisiones que tomen miles de hombres disfrazados se hará efectivas allá donde consideren que hay una comunidad cristiana y sus proyecciones sociales.

Soluciones eclesiásticas a AMS (Atracción al Mismo Sexo)

La curia eclesiástica, por extensión las curias de las religiones abrahámicas, está muy preocupada en dos cuestiones: poner a la mujer “en su sitio” y la no heterosexualidad es considerada desorden. Todo lo que no sea el “moral proceder católico y divino del encuentro del hombre y la mujer para el acto de la reproducción”, cae dentro de lo que denominan lujuria y fornicio, por ello, al considerarlo pecado y que viene directamente del enemigo imaginario llamado demonio concluyen que “hay que combatirlo”.

El tema “mujer” en la curia eclesiástica mantiene que como “portadora de vida” lleva con ella el pecado de Eva, parirá a los hijos con dolor y mantendrá la crianza con piedad, misericordia y autodisciplina en el hogar para no caer en la concupiscencia y la lujuria.

Con respecto a la no heterosexualidad, los no heterosexuales están en la concupiscencia y la lujuria “directamente” y eso provoca que estén “desordenados”, la curia eclesiástica lo ha dejado claro, su preocupación por la familia y los aspectos sexuales de las personas se manifestó en un simposio: “la cuestión referida a la atracción sexual hacia el mismo sexo” organizado en Roma, en septiembre de 2008, por el Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el Matrimonio y la Familia. La curia considera que “ellos son la luz que guía e ilumina el camino” porque el problema que les ocupa es global, “pero, desde luego, no hay duda de que España y Latinoamérica, en particular, están muy necesitadas de una gran luz para abordar este delicado tema”.

Consideran que «la particular inclinación de la persona con atracción sexual hacia el mismo sexo es «objetivamente desordenada»; cuando hablan de «terapia apropiada», para los no heterosexuales, se refieren a la «terapia integral» según la «antropología adecuada» enseñada por el beato Juan Pablo II y que aborda todos los dinamismos de la persona (físicos, psíquicos y espirituales).

Desde 2013 en España a las personas con atracción sexual hacia el mismo sexo que libremente lo solicitan, la iglesia les ofrece en las parroquias asistencia espiritual por parte de los sacerdotes y catequistas, etc., y en los centros de orientación familiar (COF) «terapia integral», es decir una «terapia del corazón» que incluye la asistencia espiritual y la orientación, y si procede a criterio de los especialistas, y con el consentimiento informado de los interesados (si son menores con el consentimiento de sus padres o tutores), terapia psicológica o/y psiquiátrica. En lo que se refiere a los aspectos jurídicos — en el ámbito civil — de la «terapia espiritual», la asistencia de los sacerdotes y catequistas “a las personas con AMS (Atracción al Mismo Sexo) y el acompañamiento de los orientadores no genera problema alguno”, pues están amparados por el derecho a la libertad religiosa y de conciencia, presumen en sus publicaciones sobre los “cursos espirituales para combatir la AMS.

Consideran a toda relación con la “ideología de género” como la culpable de esta supuesta proliferación de la homosexualidad/no heterosexualidad. Es más, lo consideran que la ideología de género es un pretensión destructiva del plan divino de dios, a dios, el amigo imaginario omnisciente, omnipresente y omnipotente se le tambalean sus planes por unas pocas docenas de leyes, ¿en serio?

Fe, Razón, Conocimiento, Ciencia, Sabiduría

En el año 431, el Concilio de Éfeso decretó que María (la madre de Jesús) podía ser honrada con el título de Theotokos (“la que dio a luz a Dios”). Desde entonces se multiplican los signos de veneración. En este concilio se dejó claro que esto es un dogma/misterio y nada más. La posición de la mujer estaba en manos de los hombres heterosexuales que decidían de sus destinos por orden divina, la mujer que había ayudado tanto en el siglo I y II a la evangelización de la buena nueva, la Historia “las volvía a poner en su sitio por mandato divino revelado a la iglesia”. Venerar a una virgen que parió a Jesús está bien, conceder a la mujer la libertad suficiente para decidir está mal.

Las escrituras son «la norma del carácter, el criterio para evaluar la experiencia, la revelación definitiva de las doctrinas, un registro fidedigno de los actos de Dios realizados en el curso de la historia» (Isaías 8: 20; 66: 2).

Datos, leyes y teorías científicas: muy contrastados, muy resistentes a los intentos de refutación y «universales» no tienen “autoridad” ante creencias divinas y dogmas religiosos: no verificados, sin pruebas, múltiples e incompatibles entre sí.

Con estos mimbres unos hombres disfrazados quieren seguir convenciendo a la gente que lo que “dios manda”, la gracia de la revelación divina, es que un hombre y una mujer tengan coitos sólo para la reproducción, para todo lo demás el celibato es la alternativa. El espectro de conductas humanas que no se acoja a ese mandato divino forman parte del conjunto llamado pecado y la inmoralidad y hay muchísima literatura, legislaciones, penitencias, pero sobre todo muchísima culpa por nada.

Una de la prácticas que usan los hombres disfrazados de la industria de la iglesia, desde hace 2000 años, es estar constantemente “diciendo cosas” con una soberbia literatura. Conocedores de los recovecos de las mentes humanas, no dudan en hilar palabras una detrás de otra para defender la más absoluta nada como es:

“somos portadores de la verdad divina revelada a unos pocos que han tenido el acceso directo con dios y nos ha dicho todo esto…”.

Así se explaya la industria de la iglesia, consumiendo millones de toneladas de tinta a lo largo de 2000 años, para defender la nada. El imperfecto cerebro humano es supersticioso y le gusta mucho un misterio. Las personas, a lo largo de los miles de siglos del homo sapiens, han repetido la conducta de la búsqueda espiritual y transcendental. Va con el humano, lo que la forma de traspasos históricos de una superstición a otra no ha traído consecuencia favorables para millones de personas a lo largo de los años.

En la industria de la iglesia se parte de un origen divino creador del universo como base y fundamento de su constelación filosófica divina basada en la fe. Este origen divino entrega con amor la fe y la razón a los humanos. La fe es la creencia en que la gracia de la vida que ha concedido dios en su creación a los humanos es un don, se han escrito en lo que llaman las sagradas escrituras “las formas de proceder para llegar al dios/amigo imaginario”.

A este conjunto de palabras ordenadas, según un criterio divino patrístico, se las ha considerado infalibles e invariables, son verdades eternas porque es la palabra divina. Esta palabra divina consideran que guía cualquier investigación, y protege del error. Por otra parte la razón da lugar a la filosofía que es la palabra humana, limitada y frágil, esta palabra humana se usa para la comprensión intelectual, imperfecta, de las verdades divinas reveladas, ayuda a refutar las herejías, y ayuda a convencer a los que dudan. No dan más de sí, promover falsas creencias, estar al acecho y a la defensiva de cualquier movimiento social, investigación, etc., es el trabajo de estos hombres disfrazados de la industria de la iglesia, se creen refutadores compulsivos de cualquier conocimiento científico actual. Eso sí, con una exquisita y soberbia literatura.

Ahora los mártires obispos cristianos modernos no están a la altura de aquellos padres patrísticos de los primeros tres siglos de nuestra era, esos protocristianos eran capaces de inmolarse llevándose ante los leones en los jolgorios que se patrocinaban en aquel Imperio Romano que ya había perdido su finalidad y se dedicaba a vivir de rentas.

Esos modernos gladiadores de la nada contra la herejía ahora luchan en los periódicos con exabruptos más o menos místicos que embelesan a los creyentes, confunden a los allegados, a otros les produce arrebatos de risa, y a otros les indica un camino a seguir.

La creencia en Dios y en un orden trascendente superior a la voluntad humana, está en todas las consideraciones filosóficas divinas que se precien, el homo sapiens es un ser insignificante al que dios le ha concedido la gracia divina de tener algo que se ha venido llamando “razón” y le ha dado la “razón” para que busque y encuentre a dios, para que cuando se muera su alma se encuentre ante dios y habrá conseguido la felicidad suprema.

Cambios en los modelos educacionales

El que en los primeros siglos de nuestra era los primeros protocristianos se hicieran cargo de la lectoescritura, enseñar a leer y escribir a sus acólitos, parecía en un principio alentador incluso para las mujeres. Pero pesaban más la diferencia concepcional genérica que cualquier intento por avanzar en la verdad eterna. Pronto prepararon el camino para que la moral, y la búsqueda de la felicidad estuviera guiada por las literaturas que “consideraran apropiadas”. Cerrando centros escolares de tradición greco-romana, o lo que se podría llegar a considerar escolar”, para avanzar en sus concepciones del universo pasado por las diversas intitucionalizaciones marcadas a golpe de concilio, hasta llegar a un punto en que para acceder a la lecto escritura, la Regla, por parte de los niños (sólo varones) se tuviera que pasar años en unos monasterios aprendiendo a leer y escribir en base a unos fundamentos de creación divina de absolutamente todo y que esa creación partió de la nada de dios.

Se erigieron como los defensores de la palabra divina que se inventaban sobre la marcha a base de concilios, por lo que los niños, chicos, que accedían a la lectoescritura era porque ya les habían designado un futuro al servicio de la iglesia. El freno de mano que supuso para la Historia del Conocimiento la intromisión del cristianismo en la tecnología lectoescritura no dejó que se conocieran las Matemáticas y que otras Ciencias avanzaran.

Se ha llegado a unas cotas de extravagancia que a la hora de “debatir moralidades contemporáneas” se alerta que: “quien no posee siquiera la búsqueda de la gracia divina” no puede alcanzar la comprensión de los misterios/dogmas que ha propuesto la santa católica apostólica romana iglesia, por eso “ya se considera que hay una carencia de base”. No tener la gracia “ya es algo”, eso unido a que se sea mujer o no heterosexual, va sumando más puntos para que “ese algo sea más grave”. Si encima se “cae en conductas que la industria de la iglesia ha considerado lujuria o fornicio”, ya se avecinan las blasfemias, las herejías y los anatemas. Todo muy normal.

Estado de la cuestión

En 2019 la industria de la iglesia que defiende la creencia en dios y en un orden trascendente superior a la voluntad humana; el respeto a las tradiciones cristianas y a la patria católica; el reconocimiento de que la autoridad eclesiástica, la familia como ellos indican, la propiedad privada y el ordenamiento jurídico canónico constituyen los pilares básicos de toda convivencia social, se han erigido portadores de una verdad divina y están muy enfadados con la Ciencia porque se han sentido traicionados.

La Ciencia, esa herramienta que está al servicio de la divinidad para que se vaya conociendo cómo dios ha hecho las cosas, está indicando que: la moralidad abrahámica está provocando a muchas personas no heterosexuales sentimientos contra sí mismos basados en especulaciones sobre fantasías de pecados originales o no.

La educación propuesta en aquellos primeros siglos de nuestra era basada en unas fantasías escritas para que se justifique un inteligencia de la fe que ilumina la razón humana que produce con esfuerzo usando la Ciencia para llegar a una filosofía teológica que vincula fe y razón para glorificar a un amigo imaginario, es un delirio dentro de otro delirio.

Aún perduran esos proselitismos del uso del aparato reproductor humano restringido escuetamente al coito para procrear y cualquier manifestación conductual que no se atenga a la premisa anterior es considerada fuera de la moral, pecaminoso o no. Para ello la industria de la iglesia no ha dudado en proponer tratamientos para que las personas no heterosexuales “encuentren su heterosexualidad porque es lo que dios ha dicho”. Estos tratamientos considerados tortura, no suponen ninguna curación ya que no hay enfermedad alguna. Hay unas falsas creencias que procuran que algunas personas desarrollen homonegatividad más o menos extrema.

¿Y el futuro?

Desde los albores de la Historia el Homo sapiens ha tenido que vivir con el desafío de la incertidumbre. Poco a poco fue adquiriendo algunas pocas certezas que han dado paso a la comprensión, no completa, del entramado del Universo. Algunas de estas certezas han sido vitales, como el conocimiento del mundo microscópico. Durante siglos el conocimiento ha estado encaminado a la búsqueda trascendental de un amigo imaginario que guía los pasos humanos. En esta búsqueda y casi por serendipia se encontraron, o se descubrieron pequeñas certezas que abrían el camino a encontrar certezas mayores.

La industria de la iglesia se preocupó de recopilar todo ese conocimiento acumulado durante siglos, hacerle una copia pega de lo “que consideraban que le venía bien a la moralidad cristiana y por extensión al humano” para ir creando esa literatura fantástica llamada las sagradas escrituras.

Por doquier se están produciendo apostatasías, muchas personas han elegido salir libremente de las estadísticas clericales. Pero a la vez, la propia incertidumbre vital, hace que los humanos busquen otras espiritualidades en otros lugares fuera de dogmas y misterios abrahámicos.

Esta paradoja humana está en lo más arraigado del cerebro humano. El equilibrio entre la vida cotidiana y la superstición algunas personas no pueden resolverla. La espiritualidad requiere una cierta certeza, hay que creer en el espíritu. Bien, así las cosas y con la “certeza de que el cerebro humano piensa en buscar una trascendencia mística”. El que se eligiera la forma de espiritualidad cuando se alcanzara la mayoría de edad, supondría que “la persona elige libremente el tipo de espiritualidad y vía de un conocimiento divino, si eso existiera, con total libertad·. Que las religiones estén muy empeñadas en la familia y en ir adquiriendo adeptos desde el nacimiento para seguir con sus proselitismos de unas escrituras divinas que guían la vida cotidiana de las personas, hace que muchas personas “queden fuera de su ámbito estipulado de moralidad” con ello pueden caer en el ostracismo los más vulnerables. Sobre todo cuando las leyes divinas y civiles tropiezan con los Derechos Humanos y de la Infancia.

En nombre de la espiritualidad religiosa se ha maltratado a mujeres, Infancia y personas no heterosexuales. Proporcionar unos mensajes pseudocientíficos/divinos como “la mujer es la única que puede hacer el trabajo de cuidar niños, por eso los pare”, “a los niños hay que estimularlos en las creencias de un dios imaginario desde el nacimiento con el sacramento del bautismo porque si no es así, el pecado original irá con ellos siempre”, “las personas no heterosexuales están en dudosa moralidad y por ello son anormales”, ha sido una constante a través de los siglos. Hora es ya que los hombres disfrazados encargados de la industria de la iglesia dejen a un lado sus disfraces y “se pongan a trabajar de verdad en la espiritualidad del homo sapiens” sin que se tenga que apelar a un amigo imaginario al final de cada conocimiento que se adquiere”.

Seguiremos informando.

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