Pereza
Esta entrada participa en la iniciativa #relatosPereza que tiene como anfitriones a @divagacionistas
Las cuestiones que se tienen a la hora de valorar el trabajo tienen que ver con el esfuerzo invertido, ese esfuerzo puede ser cognitivo o físico, las máquinas también hacen sus esfuerzos en muchos campos, se les suministra energía, normalmente electricidad y hala, a funcionar.
A alguien se le ocurrió que había que esforzarse mucho, mucho, para conseguir cosas, con la alimentación nos encontramos, por ejemplo, la Agricultura que tantos músculos humanos ha roto a lo largo de los milenios.
Se dice que la pereza es la negligencia, la flojedad humana o el descuido de los deberes. Proclamar que se es perezosa es algo comprometido. La literatura, con minúscula, se ha llenado de coachs que por un módico precio libran de la pereza a quien quiera pagar, antes de los coaches estaban los curas de cualquier religión que perdonaban ese pecado capital llamado pereza. Si, la humanidad, parece ser, tiene el sagrado deber de vencer a la pereza. Es más, la pereza está en la categoría de ser “la madre de todos los vicios” según textos religiosos. A eso lo han llamado acedia, sí, la acedia es muy mala, venía a ser así como el demonio del mediodía que sufrían aquellos monjes del desierto en los albores de la cristiandad. La acedia se encuentra entre la debilidad del alma y la pereza ante los deberes, una especie de ansiedad del corazón que se experimenta en solitario, algo muy peligroso y catastrófico para el alma humana, otros lo llamaron aburrimiento, un sentimiento de vacío, de angustia de vivir y de no coincidencia con el mundo. Palabras para que algo tan humano como estar perezoso sea tomado como algo muy dañino.
Bajo ningún concepto puede tenerse un padecimiento psicoespiritual perezoso, cómo va a ser eso, aquí todo el mundo a currar, el estar contemplando las musarañas se tiene que acabar, el tono del alma, sea eso lo que sea, tiene que estar elevado.
Así que mientras ustedes se van poniendo a currar, con mucho ánimo de espíritu, de mente, de motivación, de efectividad, ya me quedo aquí en esta hamaca tan chula con el mando a distancia de la tele y voy repasando las cuestiones fundamentales del “de dónde vengo y a dónde voy” con un café de esos de casa, que normalmente son los mejores del mundo.