Los líderes de pacotilla

Mati Matarredona
11 min readOct 7, 2022

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A el llamado héroe de los incels se le ha acabado el rollo, no tiene ya poder sobre una masa que veía un nuevo horizonte testosterónico capaz de las más viles proezas.

No se comprendió bien a Olivia Wilde cuando describió a Jordan Peterson como “héroe pseudointelectual para la comunidad incel”. Efectivamente, la masculinidad frágil que demuestran estos machos heridos da cuenta de que la verborrea vacía ha calado entre la incidelidad 2.0. No hay que preocuparse, hay una película para ello.

Don’t Worry Darling, 2022

Sí, los inceles, esa comunidad caracterizada por la misoginia a la mujer, que consideran a las mujeres como objetos sexuales para desahogar sus deseos sexuales y desecharlas cuando consideren que ya las han usado.

Jordan Peterson dijo llorando en una entrevista:

“Creía que los marginados tenían derecho a tener voz”.

Considerar a los inceles “marginados”, ya tiene una traca brutal, ¿en serio?, ¿los inceles marginados?, ¿el nicho de mercado que ha utilizado Jordan Peterson llamado inceles qué tienen de marginados?

Seres que tienen todas las comodidades del estado de bienestar, comida constante en la nevera, agazapados en habitaciones que son pagadas por sus padres, no tienen necesidad ni de salir al supermercado a comprar comida. Analfabetos funcionales que dan cuenta de la guarrería cognitiva en la que viven, son los objetos de marketing del Jordan Peterson.

Está claro que Jordan Peterson no tiene claro el concepto de marginado. No tiene claro que el llanto incel le da rédito a este pseudointelectual:

“Es difícil entender lo desmoralizada que está la gente, y es cierto que muchos jóvenes entran en esa categoría. Y recibes esos insultos arbitrarios, ‘los incels’. ¿Qué significa eso? Pues hombres que no saben ser atractivos para las mujeres, que son muy exigentes”.

De las mujeres dice:

“Y bien por ellas, por las mujeres por ser exigentes. Ese es su privilegio. Exigir altos estándares a los hombres, es justo. Pero estos hombres se sienten solos, están alienados, y todo el mundo está abusando de ellos”.

Claro, “todo el mundo está abusando de los inceles”, pobrecitos.

Cuando las posiciones de privilegio han sido tan grandes y prolongadas en el tiempo se pueden dar estas mentiras sobre las relaciones humanas:

«Las jerarquías están en todos los animales y, principalmente, se basan en el elemento masculino ocupando el poder».

Con esta mentirosa reflexión, el psicólogo Jordan Peterson respondió a las acusaciones de machismo y defensa del patriarcado expresadas por una mujer. Apelar a la Ciencia es algo que hacen mucho estos charlatanes, algo que no es más que una estrategia más de los malabarismos que hace con las palabras.

El Jordan Peterson es un ser que ha mostrado su inhumanidad en varias ocasiones, que sí, que está casado y que tiene hijos, ¿y?, no deja de mostrar exhibiciones muy teatrales de su gran inhumanidad. Otra de sus constantes alegaciones es unos arrebatos al supremacismo blanco que deja, otra vez, al descubierto su inhumanidad y entre otras justificaciones dijo:

Mis estudiantes de posgrado, hombres blancos heterosexuales, cualificados y supremamente formados (y he tenido muchos otros, por cierto), se enfrentan a una posibilidad insignificante de que se les ofrezcan puestos de investigación en la universidad, a pesar de tener expedientes científicos estelares. Esto se debe en parte a los mandatos de “Diversidad, Inclusividad y Equidad” (mi acrónimo preferido: DIE). Éstos se han impuesto universalmente en el mundo académico, a pesar de que los comités de contratación de las universidades ya habían hecho todo lo razonable durante todos los años de mi carrera, y algo más, para garantizar que no se pasara por alto a ningún candidato «minoritario» cualificado. Mis alumnos también son en parte inaceptables precisamente porque son mis alumnos. Soy una persona non grata en el ámbito académico, debido a mis posiciones filosóficas inaceptables. Y esto no es sólo un inconveniente. Estos hechos hacen que mi trabajo sea moralmente insostenible. ¿Cómo puedo aceptar a los futuros investigadores y formarlos en conciencia sabiendo que sus perspectivas de empleo son mínimas?

Denostar la Psicología parece que es la labor de los Jordan Peterson que pululan por los ámbitos académicos. Encima dicen que son expertos en Psicología Clínica. Que los razonamientos de Jordan Peterson sean escuetos, peligrosos por su reduccionismo, peligrosos por sus varios supremacismos, peligrosos porque denostan “lo que él considera perdedores”. Considerar que:

“La idea de que las mujeres fueron oprimidas a lo largo de la historia es una teoría espantosa”.

Da cuenta de que su cultura es más bien escasa, que esa pseudointelectualidad le supura por todos sus cognitivos y que además presume de ello.

Jordan B. Peterson era un profesor de psicología de la Universidad de Toronto que se hizo famoso a finales de 2016 por criticar una ley canadiense (la ley Bill C-16) que obliga a los profesores a dirigirse a los estudiantes transgénero por sus pronombres de elección. Peterson denunció que su problema era con el «habla obligatoria», esto es, con que le forzaran a emplear lo que denomina como neologismos nacidos de un laboratorio ideológico y emboscados en la trampa de la compasión. Este es el bagaje pseudocultural y pseudointelectual que pesa sobre este ser inhumano. Eso sí, como todos los charlatanes se justifica apelando a la libertad de expresión, faltaría más. A Jordan Peterson el uso de los pronombres parece que le perturba.

Para este faro apagado social, que la ley dijera eso suponía un ejemplo más de que “la izquierda había traspasado un límite”, sí, nada más y nada menos que poner pronombres elegidos por las personas trans para él era el colmo de la “más absoluta nada”, en sus alegatos decía que:

No voy a usar las palabras que otras personas me obligan a usar. Especialmente si se trata de palabras inventadas por ideólogos de extrema izquierda.

Todo por unos pocos pronombres.

A Jordan Peterson sus fanáticos lo consideran erudito, sí, claro, esos rimbombantes discursos vacíos y falaces son considerados por algunos como algo trascendente. Sí, el apelar a la biología evolutiva y a la psicología evolutiva para justificar supremacismos, racismos, misoginadas, transfobias y demás cuestiones que a Jordan Peterson le dé por propagar le da caché, sí, el mundo del fanatismo es así de incoherente.

Esa moda de “autodenominarse o denominar políticamente incorrecto” es algo que está dando unas literaturas muy chuscas. Los libros de autoayuda dan cuenta de que la literatura vacía da dinero, vender que Jordan Peterson tiene un “pensamiento profundo y controvertido” por ser un verborreíco teatral que ha convencido a los hombres blancos enfadados de que sigan siendo los machistas, homófobos y analfabetos funcionales que han sido hasta ahora, es lucrativo. Les arenga a que no se arrimen al feminismo ya que pueden aprender cosas como ayudar en la crianza y todo ello justificado en una inventada “viología” (sí, viología con v) que da pie a que los machos blancos heridos de masculinidad frágil alaben la cultura de la violación allá donde vayan.

Jordan Peterson ha vendido una crisis de la masculinidad que ha sido provocada por la cuarta ola del feminismo, claro, la culpa siempre la tienen las mujeres. Su determinismo “viológico” que niega la cultura patriarcal diciendo que son mitos construidos por la izquierda totalitaria y post-marxista, claro, faltaría más. Además dice que cosas como “las jerarquías” forma parte de la “ebolución”, sí, ebolución con b. Tiene un argumento infalible para eso:

“Nuestros cerebros funcionan con serotonina, y nada pone a bailar nuestra serotonina como una buena dosis de estatus”.

(Todo el mundo sabe que por cada mujer tenemos 7 machos ricachones de estatus donde elegir), (me faltan los emoticonos).

Jordan Peterson es el prototipo de los machos aguerridos que muestran su masculinidad frágil a la primera que pueden. Y por supuesto su frágil hombría le impide tratar de mujer a una mujer trans.

https://www.facebook.com/watch/?v=2170408719849098

Los fanáticos de Jordan Peterson dicen que en esa entrevista él quedó como el macho supremo que es y al que tenemos que venerar porque sí. Porque como es “el intelectual más odiado de la izquierda” con eso ya tiene patente de corso para soltar chorradas sin parar.

A ver, que no se le odia al Jordan Peterson, que es un tonto más de la vida que ha tenido suerte ya que su verborrea le ha proporcionado dinerito, que sus libros vacíos de contenido, como millones de libros más, se han vendido muy bien ¿y? por eso no hay que odiarlo. Sí hay que decir muy alto que lo que dice son concatenaciones de chorradas que no van a ningún sitio y que si su nicho de mercado son los machos blancos entre 18 y 35 años, pues esos machos están teniendo carencias sociales si solo tienen como faro social al Jordan Peterson.

Ser rico, vender libros, ser doctor, tener mucho dinero, etc. no es aval de ser un faro social. Estos atributos pueden dar lugar a inhumanidades muy grandes y graves. sobre todo cuando sostiene que la estructura jerárquica de la sociedad es innata a la naturaleza humana y, por consiguiente, inevitable.

Para defender sus divagaciones, mostradas como grandes verdades reveladas, denosta el feminismo, engrandece el supremacismo blanco y llora por su nicho de mercado de inceles blancos contando una serie de teorías de la conspiración que le están dando mucho lucro.

Claro, la teoría de la conspiración de que el postmodernismo tiene malas intenciones para el macho blanco herido de supremacismo y masculinidad frágil se apoya en eso que ha llamado “las raíces comunistas del postmodernismo”. Claro, la culpa de que haya desconfianza a los mandamases avariciosos es del feminismo y el comunismo, con dos gónadas.

A Jordan Peterson le molesta que minorías, o no tan minorías, como son las personas racializadas, las personas LGTBIQ+ y las que promocionamos el feminismo como igualdad entre hombres y mujeres, y que bajo ese paraguas está el reconocimiento de que por siglos se ha estado infravalorando a las personas por su color de piel o procedencia, a las personas LGTBIQ+ y a las mujeres. Todas estas personas durante siglos han sido denostadas en nombre de dioses, de privilegios de señores blancos con dinero, de señoras envalentonadas tras una sumisión a su macho. Y ahora que por fin se ha puesto en la mesa de la sociedad, ojo, no toda la sociedad, los machos blancos heridos de masculinidad frágil saltan con que “el feminismo y el comunismo… patatas”. Y para dar pátina de intelectualidad se ponen a escribir libros y por décadas han sido intocables, hasta que los han tocado. Hasta que voces de muchos sitios le han dicho “mira terraplanista social, que te las das de intelectual y lo que muestras es una inhumanidad superlativa”.

Y sí, ampararse en la ciencia para ir en contra de colectivos humanos ya está muy visto, y más por estos tipos como el Jordan Peterson que tira al psicoanálisis más rancio con toques de arcanos jungianos que aparentan fuegos artificiales, y al final, nada. El más rancio cristianismo emergido de la encíclica de León XIII escrita en 1891 titulada Rerum Novarum en la que instruye sobre los bienes privados, la posesión de dinero y por qué el comunismo/socialismo es “malo”, parece que es el faro encíclico petersoniano. Ni siquiera en eso es original el Jordan Peterson. Y no, no le hace falta ser cristiano para defender a los ricachones del mundo y argüir que el resto somos esclavos. Presume de leer mucho la biblia, incluso algunos, en su delirio que el fenómeno fan produce, dicen que Peterson logra iluminar las “verdades escritas en las escrituras”. Como no, tiene un vídeo sobre eso “La significación psicológica de los relatos bíblicos”, ya que dice que reflexionar en las barbaridades que pone en el antiguo testamento se acerca a la modernidad, sus desafíos, modernidades y fortalezas, toma ya.

El Instituto Mises ha tomado a Jordan Peterson como guía para completar “esta tradición austríaca”. Por si no tenía poco aval de los incels, con estos misenistas ya va completo en apoyos de maltrechos cognitivos enfadados porque la esclavitud se abolió.

La cuestión es que Jordan Peterson se mostró humano, sí, humano. Resulta que todo lo que pregonaba en sus libros no le sirvió cuando pasó por una serie de contratiempos vitales en su vida. Su mujer fue diagnosticada de cáncer y Jordan Peterson colapsó. Su mujer se recuperó, pero él estaba ya con una brutal dependencia a los tranquilizantes.

Así que no nos venda más autoayuda barata el Jordan Peterson que parece que él mismo “no limpió su cuarto cuando su mujer más lo necesitó”, parece ser que eso de vender libros nada tiene que ver con su comportamiento real. En fin, qué le vamos a hacer. El faro social de la derechona más rancia se ha comportado como un humano y no supo estar a la altura de las circunstancias, qué cosas. Sí, esa mujer que comparte con él el delirio de que “lo mejor que puede hacer es casarse y tener hijos”, aparte de ayudar a Jordan a escribir sus libros, hacer sus videos y organizar sus conferencias. Imagino que cuando saltó el diagnóstico tan grave el Jordan al más puro estilo acojone, “porque me quedo sin quien me está limpiando mi habitación”, reaccionara así, tragando benzos como si nada. Que digo yo, que en 2018 el Peterson vociferaba en sus conferencias, vídeos y libros: “La misión del hombre es proteger a la mujer y al hijo”. Fue su hija y su yerno los que salieron en su protección y rescate y lo tuvieron que ingresar en varios centros de desintoxicación. La etiqueta ganada en falso de “guardián del patriarcado” cayó tras un percance vital. Algo que le pasa a millones y millones de personas al día en el planeta, como es que a un familiar lo diagnostiquen con alguna enfermedad grave, en que tiene que cambiar su estilo de vida de la noche a la mañana y adaptarse a una nueva realidad, por muy dura que sea, pero claro, todos estos hombres y mujeres que hacen frente a la enfermedad, sea propia o de algún familiar, no tienen ese aura de “macho blanco herido de masculinidad frágil que le han dicho que es un faro social”, no, el resto de mortales humanos nos tenemos que conformar con salir adelante apretando los dientes y tirando del carro de la enfermedad sin apenas ayudas.

Al gurú de las autoayudas chabacanas no le ha servido de nada lo que pregona, y es que además no tomaba benzos porque la vida le haya dado un traspiés, ya llevaba años con este consumo, llegando así a las fases muy graves de este alto consumo.

Como no, siguiendo fiel a su estilo charlatanesco, ha sacado un libro contando todo esto, faltaría más. Ahora, con la excusa de que las benzos le provocaron una reacción paradójica, claro, ojo al tema de las paradojas, que sirven lo mismo para un roto que para un descosido. Sobre todo en estos ambientes de la autoayuda rancia, se encumbra a un ser que claramente no supo estar a la altura, que eso de que “el hombre protege y la mujer se somete” ha quedado como lo que es, la nada más absoluta.

Bibliografía:

https://www.youtube.com/watch?v=M1612L2FMHo&t=177s

https://www.20minutos.es/cinemania/noticias/por-que-no-jordan-peterson-reacciona-al-personaje-de-no-te-preocupes-querida-basado-en-el-5065291/

https://matimatarredona.medium.com/la-incidelidad-493b3c66ad6f

https://es.zenit.org/2022/01/29/jordan-peterson-por-que-ya-no-soy-profesor-titular-de-la-universidad-de-toronto/

https://ernestocastro.com/biblioteca/perogrulladas-y-contradicciones-de-jordan-b-peterson/

https://www.vatican.va/content/leo-xiii/es/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_15051891_rerum-novarum.html

https://mises.org/es/power-market/el-dr-robert-murphy-en-el-podcast-de-jordan-peterson

https://mises.org/es/wire/jordan-peterson-sobre-la-economia-austriaca-los-mercados-libres-son-profundamente-equitativos

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