La tentadora/Ars amandi

Mati Matarredona
10 min readJun 18, 2022

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Las puertas del ocaso (1898) — HERBERT JAMES DRAPER

El título de esta entrada/texto/loquesea lo he sacado de un extracto del libro “Por qué no soy cristiano” de Bertrand Russell, y dice así:

La peor actitud de la religión cristiana, sin embargo, es la que tiene con respecto al sexo; es una actitud tan morbosa y antinatural que sólo se la puede comprender cuando se la relaciona con la enfermedad del mundo civilizado en el momento en que decaía el Imperio Romano. A veces oímos hablar de que el cristianismo ha mejorado la condición de las mujeres. Ésta es una de las mayores perversiones de la historia que es posible realizar. Las mujeres no pueden disfrutar una posición tolerable en la sociedad donde se considera de la mayor importancia que no infrinjan un código moral muy rígido. Los monjes han mirado siempre a la mujer como la tentadora; la han considerado como la inspiradora de deseos impuros. La enseñanza de la Iglesia ha sido, y sigue siendo, que la virginidad es lo mejor, pero que, para los que hallan esto imposible, está permitido el matrimonio: «Pues más vale casarse que abrasarse», como dice San Pablo brutalmente. Haciendo indisoluble el matrimonio y eliminando todo el conocimiento del ars amandi, la Iglesia hizo cuanto pudo para lograr que la única forma de sexualismo permitido supusiera poco placer y mucho dolor. La oposición al control de la natalidad obedece, en realidad, al mismo motivo: si una mujer tiene un hijo por año hasta que muere agotada, no va a tener gran placer en su matrimonio; por lo tanto hay que combatir el control de la natalidad. Bertrand Russell

Sí, como está mandado en el cristianismo seguir los preceptos de Pablo de Tarso es de lo más top que hay que hacer. En 1 Corintios 7:9 dice:

Según la biblia Nacar-Colunga

Pero si no pueden guardar continencia, cásense, que mejor es casarse que abrasarse.

Según la biblia nueva tradición viviente

Pero, si no pueden controlarse, entonces deberían casarse. Es mejor casarse que arder de pasión sexual.

Claro, Pablo de Tarso, como cuenta la biblia, era muy versado en problemas pre y matrimoniales (nótese el sarcasmo, por si no lo han notado). Y siguiendo con el sarcasmo, cualquiera que forme parte de la curia eclesiástica cristiana está en posición de dar lecciones de qué son las relaciones sexuales, de pareja, de crianza, y de celibato, sobre todo de celibato.

La mujer en lo que consideran los libros sagrados

En los inicios del cristianismo las mujeres tenían un protagonismo vibrante tomando parte activa en la tarea evangelizadora, aunque esta iglesia primitiva siguió considerando a la mujer “un problema” y para resolverlo se tenía que subordinar a la mujer dando y quitando labores según les parecía a los apóstoles, a Pablo de Tarso o a los protocristianos influyentes que iban adquiriendo puestos de relativo poder en estos inicios de la industria de la cristiandad.

Los diferentes mitos y leyendas (de esta zona del planeta, de influencias sumerias, griegas, persas, e incluso de la India, o lo que hoy es la India) han sido labor de los diferentes escritores que han poblado el planeta Tierra desde la utilización de la tecnología de la lecto-escritura.

Con el amanecer de ese cristianismo que en los primeros siglos hizo todo lo políticamente posible para llegar al Concilio de Nicea en 325 y autoproclamarse como la religión del Imperio Romano, sabiendo que al imperio le faltaban dos telediarios para petar, y que este emergente poder cristiano quedaría, sí, lo sabían, la industria de la religión cristiana sabía de márketing, de política, de psicología y de sociología y lo que es peor, lo sabía aplicar.

A la mujer la utilizaron esos proto cristianos para hacer lo que mejor saben hacer, embaucar y vender motos malas y caras. El objetivo eran las viudas, sobre todo esas viudas ricas que eran la golosina más preciada. Sí, las viudas tenían casas propias, casas grandes donde albergar esas primeras iglesias, recuerdo que iglesia significa asamblea, así que para celebrar las asambleas donde además se repartía la comida, pues qué mejor que la casa de una viuda rica para dejar claro que el diosito estaba por ahí pillando cacho y haciendo soez proselitismo sobre la venida de un mesías que ha muerto por nuestros pecados.

Así que tenemos a escritores como Tertuliano (siglos II-III) desparramando misoginia, en nombre de un amigo imaginario que estaba en proceso de creación, sí, me paso por el forro de las entretelas el relativismo cultural, básicamente porque aún hoy hay misóginos que consideran un faro espiritual al Tertuliano de los cojones, pues bien, el Tertuliano en el tratado Ad Uxorem, aconseja a su mujer a permanecer casta, uniuira, es decir, viuda después de su muerte, ahí, con las gónadas en la mano, el sufrimiento llevado a extremo de maltrato psicológico a lo bestia.

Las mujeres en el cristianismo primitivo

Cuando hablamos de cristianismo primitivo estamos en una sociedad que pertenecía por nacimiento a la religión judía. Dentro del ámbito cultural palestino-helenísticos se hablaba griego y arameo, transmitían a todas esas emergentes iglesias la teología y la idiosincrasia judía, incluso a los protocristianos de procedencia pagana, recuerdo que el primer concilio de Jerusalem trataba precisamente de esto, de pedir o no a estos protocristianos paganos que se circuncidaran o no, ganó el no y no hacía falta que el chamán de turno les pegara el mordisco en el glande, de eso se libraron.

A ver, me está sabiendo a cuerno quemado tener que usar el Nuevo Testamento para apoyar esto que estoy diciendo, pero es que no hay otra fuente para mostrar cómo se utilizó a la mujer, una vez más, para ir cimentando el poder religioso, que tenían muy claro los mandamases, que la mujer era un instrumento más para conseguir objetivos, no un objetivo per se.

Entre los siglos I y II apareció el diaconado femenino, y a partir de 381 desapareció esa influencia femenina y la pusieron en el sitio que dice el génesis 3–16:

A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.

Grosso modo aquí hay una tabla que indica cómo fueron cambiando los roles eclesiales de la mujer durante los tres primeros siglos de nuestra era en lo que al cristianismo se refiere.

https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0049-34492020000400497&script=sci_arttext

En este protocristianismo la conversión al cristianismo a través de la fe significó para la mujer una confirmación de su igualdad con el hombre, de una idéntica dignidad.

Pero esto tenía truco.

Sí, le vendieron la moto que esa igualdad y dignidad venía dada por su virginidad, esto es, por no haber realizado coitos con hombres. La abstinencia sexual exigida en la mujer, la renuncia al matrimonio, renuncia a la maternidad, elevar el ascetismo como modelo moral para que el alma transcendiera y el cuerpo fuera perdiendo sensualidad y sexualidad. El cuerpo humano era el enemigo a vencer, sobre todo el cuerpo de la mujer.

La castidad

La moral sexual cristiana ha dado millones y millones de escritos a lo largo de los siglos. La relación sexual entre una pareja, según estos faros apagados cristianos, trata de quitar la lujuria e impureza para vivir el “amor real”, porque parece ser que cuando una pareja está manteniendo relaciones sexuales no es una pareja, es un trío, que ahí en ese acto está ese dios haciendo de metiche a ver si la lujuria y la impureza está fuera de ese acto. ¿Eh? A que esto no lo sabías, pues mira, sí, la dedicación exclusiva a ese amigo imaginario que llaman dios para por hacer tríos, el tercero está más de voyeur que de participante, pero vamos, a muchos parece que les pone que ese metiche amigo imaginario esté mirando si el acto sexual se esté realizando sin lujuria.

Como esos protocristianos consideraban que tenían una verdad fuerte e incontrovertible, para asentar esa presunta verdad teológica se pasaba por asentar la exaltación de la castidad y de la virginidad, qué es eso de hacer orgías como esos locos romanos tenía a gala, no, se acabaron las orgías, la virginidad, la castidad y el acto sexual se arrinconaba al “uso del matrimonio” y en ese uso del matrimonio había que quitar la lujuria de ahí, porque en el trío montado por la pareja y el amigo imaginario, llamado dios, que estaba mirando ese acto sexual, podía enfadarse o “algo” y mandar algún castigo.

La mujer como fuente de tentaciones

De ahí se da el salto cósmico cuántico cognitivo a considerar que el cuerpo de la mujer es fuente de los mayores males que le pueda pasar a un hombre.

El problema del origen del mal ha preocupado hondamente a todos los hombres. Sacerdotes, filósofos y sesudos científicos se han planteado desde diferentes puntos de vista las raíces de este problema. La mujer, fue con mucha frecuencia la supuesta depositaria de facultades extraordinarias relacionadas con la magia y la capacidad para hacer mal.

Me llama la atención el caso de Orígenes (considerado una de las mentes más preclaras en esto de montar la industria de la cristiandad) que llegó al extremo de la castración, o eso dicen, porque las mujeres parece que hacían que su órgano reproductor… “cosas”. Pero vamos a ver, como llaman preclara a una mente de un señor que considera que para no caer en tentaciones se corta algo de sus órganos reproductores, en fin, la hipotenusa de las ideas irracionales religiosas, capaces de encumbrar las más abyectas chorradas.

Que filósofos dijeran que las mujeres somos más débiles que el hombre, que sólo a través del matrimonio la vida de la mujer cobra sentido, y dejar de lado a las mujeres en las cuestiones sociales (sí hablo del misógino de Platón) que la tierra no le sea leve.

Siguiendo con otro ser humano llamado Aristóteles y su traída y llevada frase de:

Parecen hombres, son casi hombres, pero son tan inferiores que ni siquiera son capaces de reproducir a la especie, quienes engendran los hijos son los varones”, (…). “son meras vasijas vacías del recipiente del semen creador”

Pues eso, es una broma que está durando más de dos mil años, estos fans platónicos y aristotélicos en sus diversas variantes aún no se han dado cuenta que estamos en el siglo XXI de nuestra era, que hora es de dejar atrás estos fundamentos irracionales.

Es fantástico cómo el inicial cristianismo tomaba como ejemplo a seguir a Platón y sus “chorradas sobre las ideas”, sí, chorradas, hora es ya de decir en voz alta que Platón no era para tanto, y que después la escolástica encumbró al discípulo díscolo de Platón que fue Aristóteles. Ambos acérrimos defensores de la inferioridad de las mujeres, eso sí, lo “argumentaban todo con mucha lógica”.

Conclusión

No he dejado a Bertrand en el deambular por este texto, sigo poniendo sus palabras:

El sentimiento de que el sexo es malo hace imposible el amor feliz, hace que los hombres desprecien a las mujeres con quienes tienen relaciones y que con frecuencia sientan impulsos de crueldad hacia ellas. Además, la desviación que se impone al impulso sexual inhibido, obligándole a tomar la forma de una amistad sentimental, o de un fervor religioso, produce una falta de sinceridad intelectual mala para la inteligencia y para el sentido de la realidad. La crueldad, la estupidez, la incapacidad de relaciones personales armoniosas y otros muchos defectos tienen su origen, en la mayoría de los casos, en las enseñanzas morales tenidas en la infancia. Hay que decirlo con la máxima sencillez y derechura: no hay nada malo en el sexo y la actitud convencional acerca de esta materia es morbosa. Creo que ningún otro mal de nuestra sociedad es una causa tan potente de dolor, ya que no sólo causa una larga serie de males, sino que inhibe ese afecto humano que podría conducir a que los hombres remediasen otros males económicos, políticos y raciales que torturan a la humanidad

Para que voy a decir algo si este autor lo ha dicho a la perfección, no sobra ni falta una coma.

Que los protocristianos pusieran el nombre de “lujuria” al deseo sexual de los adultos humanos, ha dado pie a millones de barbaridades y muchísimo sufrimiento, en especial a mujeres y niños.

Otro producto humano como las religiones y sus dogmas y misterios, sí, la religión es un producto humano. Bueno, pues eso. Otro producto humano, más dócil que la religión, el Arte, sí ha sabido manifestar las contradicciones de los misterios cristianos y sus chorradas varias dando y quitando moralinas allí donde los mandamases religiosos veían conveniente.

Susana y los viejos. Artemisia Gentileschi. 1610. Schloss-Weissenstein.

El personaje bíblico de Susana es ejemplo de objeto de deseo y modelo de castidad que en algunos tratados de educación cristiana ponen como camino a seguir. Para ello ponen a funcionar unos elementos como la belleza, la riqueza, la ley judía, los ancianos jueces, acusaciones falsas de adulterio, condena a muerte por lapidación y un chico llamado Daniel que proclama la inocencia de Susana. Todo amarrado y bien amarrado para que se tergiversen las cuestiones más criminales de los señores que se creen con capacidad de tomar el cuerpo de las mujeres cuando les venga en gana. Ostras, ahora que lo pienso, ¿este pasaje no será el origen de los horribles mensajes diciendo que “pobrecitos los hombres que caen de su hombría ante las denuncias falsas de las malvadas mujeres”.

Y aquí mi rollo/texto/charla/loquesea. Seguiré contando cositas.

Bibliografía:

https://repositorio.comillas.edu/rest/bitstreams/364018/retrieve

https://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/25560/TFG_F_2017_94.pdf;jsessionid=A1CAA36FC2A600D72CFF76753AF98AA2?sequence=1

https://laicismo.org/data/docs/archivo_365.pdf

https://riuma.uma.es/xmlui/bitstream/handle/10630/11733/TD_LOPEZ_ABELAIRA_Elena.pdf?sequence=1

https://www.jstor.org/stable/42625177

https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0049-34492020000400497&script=sci_arttext

https://ieslluissimarro.org/religio/files/2013/04/3º-T6-La-mujer-en-el-cristianismo-primitivo.pdf

https://seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol33/132/132_scussler.pdf

https://www.origenesdelcristianismo.com/descargas/fernandorivas/articulosespanol/Fernando.Rivas.2002.Mujer.marginación.Asia.Menor.sigloII.pdf

Mujeres, carisma y castidad en el cristianismo primitivo M. José HIDALGO DE LA VEGA. Universidad de Salamanca

http://www.scielo.org.co/pdf/rei/v11n21/v11n21a15.pdf

https://addi.ehu.es/bitstream/handle/10810/44913/16524-65995-1-PB.pdf?sequence=1&isAllowed=y

https://ddd.uab.cat/pub/manuscrits/02132397n9/02132397n9p41.pdf

https://historiaybiografias.com/sexualidad4/

https://revistas.ucm.es/index.php/ANHA/article/download/ANHA9394110847A/31925/

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