La escasez cognitiva

Mati Matarredona
2 min readFeb 24, 2020

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Esta entrada participa en la iniciativa de la convocatoria #relatosEscasez de @divagacionistas

Tenemos unos tiempos felices, disfrutamos de unos enseres como jamás antes en la historia. La épicas actuales occidentales van por estilos de vida que se sumergen en la superación personal de unos héroes anónimos cuya individualidad no se escribe en epopeyas en verso.

Los dragones con fuego divino comandados por héroes se han cambiado por vehículos de tracción a las cuatro ruedas con un combustible de materiales fósiles. Decidir alcanzar alguna gesta especial, irrepetible, de aquéllas propias de edades pretéritas se convierte en un atasco en hora punta hoy.

Las hazañas de estos héroes y heroínas ya no sirven de ejemplo y de inspiración para la formación de la ciudadanía, no tiene virtudes extraordinarias, no viven eventos maravillosos, fantásticos o mágicos. Este héroe ya no encarna el conjunto de valores morales, éticos y políticos de su comunidad, ya que esta comunidad no se identifica con él, no transmite que las generaciones venideras tengan que relatar sus supuestas hazañas.

Este héroe va a la suya, va a que pueda pagar las factura más o menos al día y poco más. Este continuó poema cotidiano que se escribe no es de carácter poético, sí posee una extensión considerable, la acción o hazaña se va escribiendo en las redes sociales, a la vista del universo.

Invocar a las musas ahora se trataría de invocar a los suscriptores si se tuvieran en las diferentes redes sociales que nos chupan los datos. Los protagonistas y los antagonistas no son convertirlos en arquetipos, los miles de arquetipos gritando al grito de “no me etiquetes” ha dado lugar a presumir de una individualidad que es igual en casi todas partes.

La globalidad en la que vivimos ha hecho que tengamos unas gastronomías comunes, una prensa común, unas deambulaciones de héroes noveleros que el cine nos muestra con todos sus esplendores y efectos especiales en todo el planeta casi por igual. En realidad, no tienen un sentido didáctico, más allá del mero entretenimiento.

Se están levantando unas oleadas de nostalgias por epopeyas pasadas que no vendrán nunca más en algunos escuetos cognitivos, con ansias de poder y de manejo social rayando la patología. Las compulsiones por tener el control político, monetario y jurídico social es acuciante en algunos. Corrompidas y sospechosas mentes al servicio de los más temerosos miedos atávicos pretenden ser faro en las redes sociales inventando epopeyas donde no las hay.

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Mati Matarredona
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