La Ciencia también tiene sus tontos útiles
Ha habido una perturbación en la fuerza internetera por un “pseudodebate” que se ha vendido como debate que no ha sido tal entre conspiranóicos y ciencia, o eso decía el título.
Había cinco personas en una mesa, presuntamente dos eran de un bando, dos de otra postura y un supuesto moderador. Las cinco personas sí se catalogaron como “buscadores de la verdad”. Unos buscaban esa verdad por los caminos de la ciencia y la filosofía y otros buscaban la verdad en cuestiones de “ciencia antigua” (sea eso lo que sea), la espiritualidad, los fenómenos que de momento no tienen explicación, o si la tienen no están dispuestos a aceptarla, y demás vericuetos de eso que se llama “obtener el conocimiento”.
Ni qué decir del revuelo que se ha montado en las diferentes redes sociales en las que se ha dejado rienda suelta a toda clase de juntaletras y de autoridades sin autoridad capaces de sentar cátedra en la más absoluta nada.
Voy a enumerar una serie de argumentos/cosas que se indicaron sobre la conveniencia o no de este tipo de “encuentros” entre gente que vive de proclamar supuestas espiritualidades y gente que vive de la divulgación científica.
- Poner al mismo nivel la Ciencia y las opiniones.
- No hay nada que debatir.
- No se está jugando a lo mismo. No se siguen las mismas reglas.
- Hay responsabilidades que los divulgadores deben asumir.
- Baja calidad de los contenidos.
- La fiesta de la idiocracia. El público es lo que demanda.
- En bandeja el mejor escaparate para la irracionalidad.
- No hay que tomar por tonto al público.
- No hay quien convenza a un creyente con argumentos lógicos o científicos.
- No se puede convencer con razonamientos a alguien que no usa la razón.
- Es peligroso dar altavoz y poner al mismo nivel a hechos científicos y creencias en mentiras.
- Por eso no se juega al ajedrez con las palomas ni se abre debate con idiotas.
- Debatir implica una simetría, conocimientos y honestidad intelectual.
- Si en una mesa hay dos magufos y se sientan con ellos a debatir dos científicos, en esa mesa hay cuatro magufos.
- La única función de ellos ahí es darle una pátina de legitimidad a un debate que, de lo contrario, parecería lo que es: una sucesión de chaladuras sin sentido.
- Poner al mismo nivel el Conocimiento Científico, aunque esté en desarrollo como muchas teorías que se manejan en Física, con la irracionalidad y las mentiras interesadas no es buena idea.
- Estamos contemplando cómo el conocimiento se queda en último plano.
- La influencia de las teorías de la conspiración es brutal, va calando en los discursos y en los medios de comunicación, es su objetivo, para eso hay tanta gente dando la murga con chorradas.
Los buscadores de la verdad
Un buscador, una buscadora de la verdad son personas que están comprometidas con la búsqueda del conocimiento y entendimiento profundo sobre la realidad, la existencia y el significado. Son personas que se aventuran por caminos intelectuales y espirituales usando las herramientas del pensamiento crítico y el razonamiento para alcanzar una comprensión más profunda y auténtica de la realidad.
La adquisición del Conocimiento es el proceso por el cual se incorpora información nueva a la ya existente. En filosofía hay una disciplina de estudio, la Epistemología, en el que están interesados varios sectores sociales, filosóficos, religiosos, humanistas, culturales, políticos, científicos, etc. Versa sobre cómo se obtiene el conocimiento y cuál es su validez. Grosso modo la epistemología trata del modo en que comprendemos, adquirimos y validamos el conocimiento.
En definitiva, la humanidad desde sus inicios ha intentado aglutinar sus saberes de acuerdo a sus posibilidades. Estos saberes y estos conocimientos han sido respuestas a los problemas planteados cuando el humano ha explorado su entorno, ha buscado la comida y se ha expuesto a las inclemencias meteorológicas.
Hay un objetivo común a lo largo de ese continuo histórico humano y es acumular conocimiento, comprenderlo, desarrollarlo y transmitirlo a la siguiente generación para la continuidad del grupo y por medio de un proceso cognitivo llamado aprendizaje, entre otros procesos cognitivos, hace que un infante humano se integre en su grupo social y se prepare para la vida adulta en base a cambios de conductas cada vez más adaptativas tanto al medio como a la relación con los demás y hace que se incrementen los desarrollos del conocimiento, ese conocimiento adquirido se ha ido ampliando y se ha ido asimilando por la población humana. Esto en teoría…
Se desarrolló en paralelo un Conocimiento que no tenía que ver con técnicas de supervivencia, de relacionarse con otros humanos, con el dolor, con la colaboración y con las tecnologías del momento, ese Conocimiento también se fue acumulando, intentando comprender, desarrollarlo y transmitirlo. Ese buscar conocimiento Mágico/Mítico de estas sociedades primitivas da cuenta de que el humano ha necesitado explicar los fenómenos, las situaciones, las vivencias, las experiencias y los sentimientos con las herramientas y las cogniciones que se tenían al alcance. Las explicaciones mágico/místicas fueron dejando paso a otras formas de descripciones, explicaciones e intentos de predicciones basadas en unas supersticiones alimentadas por las experiencias vividas en situaciones sin aparente explicación. La emoción del miedo a lo desconocido, a eventos de gran incertidumbre futuros dio cuenta de una dispersión desestructurada de ideas relacionadas con la suerte o la fortuna impuesta por seres supra-trascendentes que podían encontrarse en los lugares más insospechados dando y quitando en base a unos condicionantes que según la zona geográfica podían ser de una forma u otra.
Hasta que ese compendio de ideas dispersas se sistematizó y se agrupó en dogmas y doctrinas fundamentos base de las creencias (siguen siendo irracionales, pero con unos objetivos delimitados y marcados) pasaron milenios, estas creencias y doctrinas proporcionan un contexto y un propósito a los desarrollos vitales humanos que aceptan esas doctrinas y creencias en las que se instauran sistemas de valores, moralidades y presuntos significados a la vida vigentes hasta hoy en día.
Para llegar a esa sistematización, este pensamiento mágico/místico ha seguido alimentando la fantasía más exuberante de autores, primero oral y luego escrito, que desarrollaron ideas de seres imaginarios por encima de los humanos que trascienden el tiempo y el espacio y que deciden lo que pasa en el Universo, la Naturaleza y a la Humanidad, que dan firmeza y fundamento a esas doctrinas que enmarcan las cosmovisiones religiosas.
Parece ser que “buscar la verdad” es un oficio muy antiguo. Se busca la verdad desde varios puntos de vista, desde varias perspectivas. La Filosofía, la religión, y la Ciencia buscan la verdad, sea eso lo que sea. Por ejemplo, Platón (427–347 a.n.e.), Agustín de Hipona (354- 430) y Anselmo de Canterbury (1033–1109), entre otros, son ejemplos de buscadores de la verdad en Occidente y desde los que se han fundamentado las pesquisas de otros buscadores de la verdad en Occidente.
Sí, estas tres personas que vivieron en tiempos diferentes son ejemplos de buscadores de la verdad. Platón buscó la verdad en el mundo de las ideas oponiéndose al mundo sensible (el mundo que se percibe por los sentidos), para él las ideas son entidades abstractas que representan la esencia perfecta de una categoría de cosas. Para Platón el conocimiento verdadero de las ideas se obtienen mediante un proceso por el cual el alma recuerda las ideas que conoció antes de encarnarse en el mundo sensible (anamnesis).
Agustín de Hipona buscó la verdad en el interior del alma (sea eso lo que sea), para ello dejó estructurado un sistema que defendía la ortodoxia cristiana primitiva para confrontar y refutar las herejías que se desviaban de las enseñanzas que se estaban implementando. El vivir en una etapa en que el Imperio Romano estaba cambiando a una nueva cosmogonía, dejando atrás la multitud de dioses y abrazando el monoteísmo cristiano fue de mucha ayuda a Agustín, él indicó con vehemencia que la novedosa cristiandad se sostiene por la idea de que razón y fe tienen relaciones de colaboración para que se sustente fundamentalmente una visión y misión cristiana en la que al dios se accede por la razón, y no por la superstición como hasta entonces, y esa libertad que el humano tiene (sea eso lo que sea) es lo qué más demuestra que se accede a dios por la razón, luego están las minucias de comprender la creación según el génesis, la iluminación de la doctrina de la trinidad, la necesidad de la gracia, del pecado original y cositas así. De esta forma el paganismo cambió de lugar, el cristianismo en el Imperio Romano era pagano, desde el Concilio de Nicea en 325 los dioses romanos pasaron a ser paganos.
Anselmo de Canterbury dejó un argumento ontológico para dejar clara la existencia de dios (sea eso lo que sea), bueno, Anselmo sí se supone que lo sabe y lo dejó claro: “aquello mayor de lo cual nada puede pensarse” y que como mínimo existe en la mente (sea eso lo que sea) y en la realidad (sea eso lo que sea). Lo que sí está claro es que este argumento filosófico sobre la existencia de dios utiliza la lógica y el análisis conceptual, no recurre a la observación empírica. Muchos dicen que es un desafío intelectual que ha generado un debate continuo. Los creyentes insisten en que este argumento proporciona una racionalidad a la fe indudable y es un punto de partida para explorar cuestiones metafísicas.
Así que la Búsqueda del Conocimiento y de la Verdad (los últimos dos mil años en Occidente) ha estado la mayoría de las veces en manos de personas que se decantaron por un final del camino divino.
La verdad es algo que tiene una definición según a quien se le pregunte:
- Verdad es la conformidad del concepto y de la idea con el objeto.
- Verdad es ante todo una forma primordial de justicia con la realidad.
- Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.
- Verdad es una subjetividad, es decir, para cada persona habrá una verdad distinta.
- Verdad es una cualidad de nuestro conocimiento intelectual.
Y como estamos en Occidente la cristiandad dejó establecida “una verdad” hace casi dos mil años, esa verdad pasa por dar “por verdad” lo que decía Sócrates, por medio de Platón, y los Salmos (conjunto de himnos y oraciones de alabanza a dios y se encuentran en la biblia) que por diversos razonamientos dan paso a un asentamiento filosófico y en los tiempos modernos científicos de los cristianos, aunque nos toquen a todos, da igual si eres de esa religión o no.
Desde la industria de la religión cristiana propagan que la Ciencia ha avanzado gracias a ellos. Que ellos empezaron asegurando la existencia de ese amigo imaginario en base a razones que se han tornado “verdades irrefutables”. Entre ellas que los cristianos son los impulsores de la Ciencia en Occidente.
Ya escribí un boceto de inventarme una epistemología que es lo que últimamente se considera interesante, que esa epistemología tenga conocimiento de la verdad o no, bueno, eso dependerá del grado de creencia que se esté dispuesto a asumir.
La “verdad” en Occidente tiene que pasar por el filtro de la cristiandad. Esa cristiandad que impregna la Filosofía, la Cultura, la Sociedad, la Política y la Humanidad en general. Las personas que han tratado de “adecuar la verdad de las conclusiones” a través de la argumentación han sido muy consideradas a lo largo de la historia.
Por encima de todos esos sabios tenemos el consenso religioso de Tomás de Aquino al cual hay que rendir pleitesía por decretos de concordatos. Da igual que la conclusión versara de cómo una mujer es virgen tras haber parido un hijo, da igual si hay que razonar que el misterio dogmático cristiano es que un dios es uno y trino, que hubo un principio con un dios que dijo “hágase la luz” y que todo eso se justifica porque “son metáforas que no entiendes porque tu mente de humano no puede llegar a comprender la profundidad esa cuestión”, que hay que estudiar mucho queriendo tener mucha fe en que dios nos concederá la gracia para llegar a comprender estos “misterios”.
En fin, el colmo es que cuando se ven perturbaciones sociales en las influencias religiosas, como las que han ocurrido a cuenta de sacar los casos de pederastia de curas y los obispos encubridores, desde el Vaticano se ha dado orden para que se justifiquen estos delitos “al mal” (sea eso lo que sea), otros pertenecientes al clero indican que para nada el problema de la iglesia es la pederastia, hay problemas mucho más graves que ese, bueno, eso sí, no hace relación “de esos problemas de la iglesia más graves que la pederastia en el clero”. El mal y decir que hay problemas más graves forma parte de la estrategia comunicativa de esta industria religiosa que no está dispuesta a ceder ante la sociedad.
Dejando las minucias a un lado
Este camino divino propuesto por la Filosofía y por las religiones pasa por lo que llaman “la naturaleza del ser humano”, lo que consideran “la existencia” y la búsqueda del sentido de la vida y la vida del humano en el cosmos en concreto. Es muy importante esa búsqueda de sentido y propósito más elevado al humano ya que dicen puede proporcionar una estructura y dirección claras. Lo sagrado y lo trascendental es fundamental en la mayoría de culturas, así existe la posibilidad de ofrecer explicaciones sobre el propósito de la vida y la existencia humana dentro de un marco de referencia según determinados dogmas es una forma de control.
Una de las principales labores y objetivos de la Filosofía es plantear cuestiones sobre la naturaleza última de la realidad y la existencia de las explicaciones que invocan una causa o finalidad divina también forma parte de esos estudios. Los argumentos teleológicos dicen que la complejidad y el orden natural señalan a una causa final o una mente divina que otorga propósito a la vida y al cosmos. Y por supuesto la moral y el bien que apuntala la fundamentación de la intervención divina indicando que no hay bien si no hay un dios que lo afiance en un fundamento moral absoluto, esa ética sólida que establece normas morales absolutas es el fundamento divino que les da validez y universalidad. Hay un problema filosófico que aparece constantemente: “el problema del mal”, como se asume que la vida, sobre todo la vida humana tiene una finalidad divina, el sufrimiento y el mal se ven como parte de un plan mayor, y ojo, incomprensible para los humanos porque tiene un propósito y sentido dentro del marco divino al cual no tenemos acceso, es incognoscible a la mente humana.
Así que lo divino va por delante, no hay un argumento en el que no termine en una divinidad que promete una vida eterna al humano y que una gracia que dios concede trata precisamente de saber, conocer y comprender que la vida humana tiene un destino que trasciende a lo material y temporal. Y esa emergencia de sentido y propósito divino desde la Filosofía puede justificarse porque muchas tradiciones filosóficas han surgido en entornos religiosos, así que en principio la filosofía estuvo integrando los conceptos divinos en sus sistemas de pensamiento.
Ahora bien…
Posiciones cientificistas
Hay un palabro que ha tenido mucho éxito en ciertos sectores académicos filosóficos y religiosos: el cientificismo. Algo que lo mismo sirve para un roto que para un descosido.
El cientificismo es una acepción peyorativa que indica que la excesiva “adoración” a la Ciencia puede frenar el propio objeto de la Ciencia. Alegan que el reduccionismo de la Ciencia elabora contra otras formas de “alcanzar el conocimiento” porque la ciencia no es la única forma de conocimiento válido.
Esto se manifiesta desde posiciones que mantienen negocios suculentos que ven que la Ciencia, en cualquiera de sus disciplinas, puede refutar sus artimañas manipuladoras y dar cuenta de sus conflictos de intereses.
La Ciencia es ese compendio de saber organizado y sistematizado que tiene la posibilidad de describir, explicar y predecir fenómenos naturales y humanos con un alto grado de precisión. Los productos científicos han proporcionado estabilidad social en los países en los que la superstición sale de las gestiones estatales. Las diversas ramas científicas han aportado diferentes soluciones para dominar las fuerzas de la Naturaleza, desarrollando la producción de bienes materiales y transformar las relaciones sociales humanas. Esto supone una amenaza real a una serie de negocios que llevan milenios imponiendo sus doctrinas y pseudofilosofías como son las religiones y las diversas formas de adoración a supersticiones y tradiciones, por lo que hacen lo posible y utilizan toda la tecnología a su alcance (tecnología propiciada por la Ciencia) para mantener su estatus quo y sus carísimos estilos de vida a costa de los demás.
Opiniones basadas en intuiciones y las opiniones apoyadas en experiencias personales suelen ser los puntales en los que se apoyan diversas pseudociencias. Estos sectores sociales se envalentonan mostrando unas frases que consideran el colmo de la intelectualidad, asumen que manifiestan una inteligencia superlativa cuando asumen que hay preguntas que “presuntamente la ciencia no contesta”.
Por ejemplo:
Plantéale a un cientifista la posibilidad de la existencia del alma, de la vida después de la muerte o de los viajes astrales. Háblale a un cientifista del poder curativo de la mente, de la existencia de los OVNIS, o de la influencia de los astros en el carácter. O prueba a sacarle el tema de los fantasmas, de los contactos mediumáticos o de la comunicación telepática.
Llamar “cientificista” a alguien se supone que es un insulto que parte de religiosos y enemigos de la ciencia en general, la definen como esa corriente filosófica que pone en cuestión otros conocimientos que no sean los científicos. Argumentan que el cientificismo es demasiado restrictivo porque la ciencia no puede con las verdades metafísicas, ni con la lógica, ni con las matemáticas, ni con la ética.
Indicar quién es cientificista o no pasa pasa por una orden dada por los asuntos del Vaticano cuando se estableció “La filosofía Científica Positivista”. Se considera que el cientificismo es una creencia filosófica dogmática que da excesivo valor a las nociones científicas. Buscar la comprensión del Universo, de la Naturaleza, de la Humanidad, de los fenómenos sociales humanos, de las relaciones de los humanos con la Naturaleza y el Universo con un exhaustivo rigor no es tarea fácil, no se hace en un momento, y no lo hace una persona en solitario. Y aquí tenemos la primera responsabilidad científica: el rigor.
La rigurosidad científica versa sobre el tratamiento que se realiza con la información, los datos y las técnicas utilizadas para reducir al mínimo condicionantes como sesgos, creencias u opiniones que puedan hacer que los datos y la información obtenida sea subjetiva.
Desde la Filosofía se hace mucho esfuerzo para indicar que cuidado con el cientificismo. La reducción de fenómenos complejos a explicaciones científicas y empíricas ignorando las experiencias subjetivas, los valores culturales y las creencias religiosas, deja de lado fenómenos como el amor, la ética, el arte, entre otros, ya que no pueden abarcar la complejidad y los aspectos intangibles basándose en la biología, la química o neurociencia. Se indica que el cientificismo deja de lado las Humanidades, las Artes y las Ciencias Sociales.
Se indica que la Filosofía, la Historia y el Arte ofrecen perspectivas y conocimientos que no son obtenidos por los métodos científicos estrictos. También indican que la Ciencia no puede determinar por sí sola “qué es moralmente correcto o incorrecto” ya que estas decisiones requieren consideraciones filosóficas y contextuales que van más allá de lo que la ciencia aporta.
Y ahí tenemos otra vez “las cuestiones a las cuales la Ciencia no da respuesta”.
Alegan que la ciencia quiere imponer una única visión de la realidad, que ignora la diversidad de formas de conocer y comprender el mundo. También se alega que la ciencia está influida por factores sociales, políticos y económicos y que eso da lugar a que la ciencia no sea completamente objetiva ni neutral. También dicen que no todas las cuestiones importantes pueden ser abordadas científicamente. Cosas como “el propósito de la vida, el sentido de la existencia, la naturaleza del bien y el mal” escapan a la ciencia. La espiritualidad y la religión también indican que la ciencia puede ser hostil ante otras formas de conocimiento, e incluso se arguye que la ciencia puede ser incompatible con creencias religiosas que enfatizan experiencias y “verdades” espirituales que no son accesibles a través de la ciencia.
Desde estas posturas se rechaza que un enfoque plenamente científico pueda abordar todos los aspectos de la realidad. Suponen una limitaciones éticas y epistemológicas además de una exhibición supremacista científica que menosprecia perspectivas culturales, subjetivas y espirituales.
Conocimiento, adquisición y control
Se supone que para adquirir Conocimiento hay varias vías o fuentes. Para acceder al conocimiento hay que contemplar una visión holística de todas las vías de acceso para tener un acercamiento más certero a la realidad, a la verdad.
El “Acceso al Conocimiento” es una cuestión central de la Epistemología (rama de la Filosofía que estudia el Conocimiento) y las diferentes perspectivas intentan dar luz en los aspectos problemáticos y desafiantes. El escepticismo plantea dudas sobre la posibilidad de obtener conocimiento verdadero. Tanto los razonamientos como los sentidos pueden ser falibles, es muy difícil tener una certeza absoluta. La regresión infinita lleva a una cadena infinita de justificaciones que se soluciona con el fundacionalismo indicando que algunas creencias básicas no requieren justificación adicional y con el coherentismo que dice que una creencia está justificada si forma parte de un sistema coherente de creencias. Hume nos mostró que habían cisnes negros cuando afirmamos que “todos los cisnes son blancos”, esto es “el problema de la inducción”, a veces no es posible generalizar desde la particularidad. La inducción es ese tipo de razonamiento que permite hacer generalizaciones partiendo de casos particulares. Con este tipo de razonamiento aún partiendo de premisas verdaderas, la conclusión no tiene que ser necesariamente verdadera. Se dice que el futuro se parecerá al pasado porque se han observado patrones constantes, a esto Hume alega que es una justificación circular en la que se utiliza la inducción para justificar la inducción. Popper propuso la falsación para resolver este problema, ya que las teorías científicas que no se pueden verificar inductivamente pueden ser falseadas. Esto no resuelve el problema, lo que hace es que cambia el enfoque hacia la crítica y la verificación de las teorías. Indicar que la inducción proporciona una fiabilidad pragmática, que aunque no se puede justificar racionalmente, la cultura y el humano a evolucionado y desarrollado en base a la observación de unos patrones y sus generalizaciones, eso ha permitido sobrevivir y prosperar, aunque estas generalizaciones no sean infalibles. Un aspecto muy importante a tener en cuenta es comprender que lo que no sabemos es mucho más importante que lo que sabemos. Lo que sabemos lo podemos controlar, lo que no sabemos nos puede dañar, enfrentar y desmoronar nuestros sistemas de creencias. Hay que reconocer que la Ciencia en su vertiente de “práctica científica” se basa en convenciones y acuerdos dentro de la comunidad científica, no sólo se basa en la lógica estricta o la justificación racional. Se aceptan las teorías científicas que son aceptadas por su coherencia con las teorías existentes, por predecir fenómenos y la aceptación dentro de la comunidad científica puede ser un proceso largo. Así que el problema de justificar las creencias y conocimientos basados en la experiencia pasada no parece que tenga una solución definitiva. No se elimina la incertidumbre inherente a la inducción, reconocer estás limitaciones de la inducción proporciona un desarrollo de métodos más robustos para adquirir y validar nuestro Conocimiento. La distinción entre conocimiento a priori (independiente de la experiencia sensorial, matemáticas y lógica) y a posteriori (dependiente de la experiencia sensorial, observación y experiencia) es un debate que aborda cuestiones fundamentales sobre las fuentes y la justificación del conocimiento, sus imbricaciones como las estructuras cognitivas previas que analizan el conocimiento a priori, puede que estén moldeadas por la experiencia. Que el conocimiento a priori esté exento de errores de percepción no deja claro que ese conocimiento pueda proporcionar certezas absolutas, por ejemplo las paradojas matemáticas cuestionan esa infalibilidad. Respecto a la adquisición del conocimiento a posteriori entramos en la justificación de la inferencia inductiva (generalizar en base a particularidades) con las problemáticas que hemos visto antes. También hay que distinguir entre juicios analíticos (verdaderos por definición) y juicios sintéticos (verdaderos por cómo son las cosas en el mundo), pero volvemos a las imbricaciones que pueden tener principios fundamentales de la física que son juicios sintéticos a priori porque son informativos sobre el mundo y justificables sin experiencia empírica directa. Todo esto lo que nos muestra es que tenemos capacidades y límites en nuestra facultad de conocer que es necesario entender para tener unas mejores soluciones a los problemas y desafíos que el Universo plantea. También tenemos el problema de la demarcación, distinguir la Ciencia de la pseudociencia es crucial para entender qué es el conocimiento fiable, las influencias sobre cómo valoramos, financiamos y aplicamos diferentes formas de investigación y teorías son cuestiones que definen qué es científicamente válido. La búsqueda de criterios universales para demarcar la ciencia sigue siendo un desafío filosófico significativo. Popper nos avanzó la falsabilidad como criterio de “cientificidad”. Según él una teoría es científica si puede ser falsada, esto es, si es posible concebir una observación que la contradiga. La asignación de recursos y financiación influye en que algunas áreas de investigación se desarrollen más rápidamente lo que da lugar a que otras investigaciones queden marginadas. Las políticas públicas y las regulaciones a veces no actúan con la premura necesaria. El ejemplo más brutal lo tenemos con el cambio climático y la lentitud en responder de los gestores políticos. La Educación enseña teorías científicas bien establecidas, eso garantiza que los alumnos reciban una formación basada en el conocimiento más fiable, la Comunicación Científica a veces no es lo suficientemente efectiva porque los factores sociales a tener en cuenta perturban los mensajes directos, lo vimos en la pandemia. La historia nos ha enseñado que en el fluir científico unos modelos y paradigmas han quedado atrás reemplazados por otros que han cumplido los criterios de cientificidad con rigor, que han superado las diferentes revisiones, que se han probado varias veces y han sido aceptados por la comunidad científica. Kuhn dijo que el progreso científico no es lineal, la demarcación ayuda a establecer qué paradigmas son científicos y cuáles no. Otra vía ha propuesto que los objetos se presentan a la conciencia y que su comprensión del significado depende de la experiencia subjetiva, esta perspectiva fenomenológica fue propuesta por Husserl alegando que el acceso al conocimiento está mediado por nuestra experiencia consciente y las estructuras intencionales de la mente. Nuestra perspectiva subjetiva y las interpretaciones que damos a nuestras percepciones son influencias que hay en el conocimiento del mundo. Kuhn y Latour dicen que el conocimiento es un producto de las prácticas sociales y culturales. Alegan que no sólo hay cambios en los paradigmas científicos por la acumulación de evidencia, también porque hay cambios en las comunidades científicas y sus prácticas, esto lo han descrito como constructivismo social. También tenemos filósofos que indican que las virtudes intelectuales de honestidad, rigor y diligencia, entre otras, hay que tenerlas en cuenta en la adquisición del conocimiento, esta epistemología virtuosa indica que el conocimiento depende de métodos y justificaciones formales unidas a las cualidades del sujeto que busca conocer.
Mario Bunge indica que el cientificismo es la postura filosófica que sostiene que el conocimiento Científico es el conocimiento más fiable, preciso y avanzado del que disponemos. El conocimiento científico, según Bunge, aporta racionalidad, empirismo, sistematicidad y progresividad. El pensamiento crítico y la razón, la observación y la experimentación validan las teorías científicas, entendidas como la más alta expresión y manifestación de la descripción y explicación de un fenómeno y que permite su predicción con un alto grado de probabilidad. La coherencia del conocimiento científico proporciona una validez interna y la organización sistemática de los sistemas teóricos proporciona validez externa, esto es, la capacidad de generalizar. El avance científico dado por la acumulación de conocimientos da paso a una corrección de errores, si llegara a hacer falta, en un proceso continuo de revisión y mejora. La eficacia en la comprensión y el control del mundo natural y social ha supuesto una universalidad aplicada a todas las áreas del conocimiento trascendiendo las barreras culturales y lingüísticas. Mario indica que tanto el relativismo epistemológico y el postmodernismo pueden llevar a un escepticismo radical y a la negación del progreso científico. Los derivados de la ciencia como la tecnología han transformado y mejorado significativamente la sociedad. Guiar la política pública y las decisiones en economía puede llegar a asegurar un desarrollo sostenible y equitativo. Las críticas a ese reduccionismo que supuestamente da la Ciencia se refuta, según Bunge, con los distintos tipos de análisis que tiene la ciencia que integra desde lo físico hasta lo social. Y que aunque la Ciencia se considera neutral respecto a los valores, no se ignora la ética, es más, se promueve basada en el conocimiento y la racionalidad. En definitiva la ciencia es la herramienta más eficaz y universal para adquirir conocimiento, resolver problemas y guiar el progreso humano.
Mientras tanto tenemos unas ironías especialmente musicales.
Desde el siglo XIX el Vaticano está dando pautas de cómo se tiene que manejar la Ciencia desde una “perspectiva cristiana”. En la Encíclica “Aeterni Patris” sobre la restauración de la filosofía cristiana conforme a la doctrina de Tomás de Aquino, publicada en 1879 por el papa León XIII (Nacido en 1810 y fallecido en 1903; papa desde 1878 hasta 1903).
Encíclica “Humani Generis” sobre las falsas opiniones contra los fundamentos de la doctrina católica, publicada en 1950 por Pío XII (nacido en 1876, fallecido en 1958; papa desde 1939 hasta 1958)
En la encíclica “Mater et Magistra” sobre el reciente desarrollo de la cuestión social a la luz de la doctrina cristiana, publicada en 1961 por Juan XXIII (nacido en 1881, fallecido en 1963; papa desde 1958 hasta 1963).
En la Encíclica “Ecclesiam Suam” que es “el mandato de la iglesia en el mundo contemporáneo”, publicada en 1964 por el papa Pablo VI (nacido en 1897- fallecido en 1978 papa desde 1963 hasta 1978).
En la Encíclica “Fides et Ratio” del papa Juan Pablo II (nacido en 1920, fallecido 2005; papa desde 1978 hasta 2005) que sienta las bases sobre las relaciones entre fe y razón. Se publicó el 14/09/1998
Estas cartas encíclicas marcan el camino de lo que los cristianos tienen que hacer respecto al tema científico concreto que tienen que tratar. Son documentos en forma de carta que los papas han enviado a los obispos del mundo entero, tienen valor de enseñanza que amplían “a los hombres y mujeres de buena voluntad” (sean cristiano o no) cuando consideran apropiado para su intereses. Asumen que estas cartas tienen peso y verdad específicas y los fieles tienen que asentirlas, obedecerlas y respetarlas.
Revelaciones
Desde la Filosofía y la religión se considera que una fuente del conocimiento es la revelación, que es el conocimiento otorgado por una deidad o fuerza sobrenatural a un humano en concreto que luego se ha encargado de transmitirlo al resto de humanos, poner en manos de fuerzas trascendentales el devenir cotidiano humano con todos los problemas y la necesidad de soluciones que precisa porque consideran que es una fuente de conocimiento inmediato y no se cuestiona, el adjetivo de “trascendental” es importante y no puede faltar, eso sí, no se sabe definir qué es trascendental, pero eso da igual porque indican que el conocimiento de lo divino es universal y accesible a las personas a través de la naturaleza, la historia o la moralidad que da justificación y argumenta una inteligencia creadora que se acepta por la presunta autoridad divina que no se pone en duda por ser infalible y omnisciente. Se dice que este conocimiento revelado proporciona un sentido profundo de significado y propósito. Las formas comunes de comunicar los mensajes trascendentes viene a ser lo que han llamado “medios extraordinarios” como sueños, visiones, profecías, escrituras sagradas y experiencias místicas entre otras. Como se utiliza la fe para justificar la veracidad de una revelación argumentan que la coherencia interna del mensaje revelado, la concordancia con otras experiencias religiosas y signos que se acompañan al mensaje y los milagros vienen dados y no hay motivo de escepticismo. Hay explicaciones que justifican estas revelaciones como el fideísmo que sostiene que la fe es independiente a la razón y que hay que aceptar las “verdades reveladas por la deidad” sin requerir justificación racional, el racionalismo teológico que dice que la fe y la razón no son contradictorias y pueden apoyarse mutuamente, es más, indican que la revelación puede y debe ser justificada mediante la razón, el evidencialismo religioso que pretende proporcionar evidencia objetiva y razonada a la creencia en la revelación para eso se apoyan en la historicidad de los eventos narrados en los libros que se consideran sagrados, la presunta coherencia filosófica del mensaje revelado y las experiencias religiosas corroboradas por múltiples testigos. Y todo ellos apoyado por la todopoderosa industria de las religiones que para eso tiene a sus más eminentes cerebros preparados para dejar por escrito las órdenes que tengan que dar para mantener su estatus quo.
Fuentes de conocimiento alternativas
La utilización de vegetales psicoactivos, también llamados “sagrados”, con propiedades alucinógenas en ritos y ceremonias espirituales es una constante histórica en esta tradición helenística-abrahámica. En el ámbito religioso ha facilitado lo que se ha denominado las experiencias místicas, en la filosofía se dice que ha expandido las concepciones tradicionales de la realidad, la conciencia y el conocimiento.
Inducir estados alterados de conciencia para “facilitar encuentros con lo divino” se ha vendido como accesos a otros planos de la realidad. Los ritos y ceremonias entrelazados con las diversas cosmologías y las creencias religiosas de esas culturas proporcionan una trascendencia y comunión con el cosmos, con los participantes de esas ceremonias y con lo sagrado, de esta forma se fortalece la cohesión comunitaria y el sentido de pertenencia a un universo mayor y más significativo que lo meramente humano. En la filosofía nos encontramos que el consumo de estas sustancias ha llevado a debates sobre la naturaleza de la percepción, la mente y la realidad. Algunos filósofos incluso argumentan que los estados inducidos por las sustancias psicoactivas pueden proporcionar formas de conocimiento no accesibles a través de la experiencia ordinaria. Últimamente nos encontramos que el consumo de estas sustancias se relaciona con movimientos contraculturales y filosóficos que promueven ideas sobre la expansión de la mente y la libertad personal. Así se cuestionan las normas sociales explorando nuevas formas de vivir y entender la realidad más individualistas.
No me quiero alargar en la costumbre más extendida en Occidente sobre alterar el estado de la conciencia consumiendo alcohol en alguna de sus variantes. Recomiendo este libro de Jorge Matías titulado “Vinagre”, una experiencia subjetiva que enseña más que muchos manuales.
Y qué pasa con la verdad científica
El encuentro de conspiranóicos y científicos que tanto barullo levantó en las redes sociales interneteras dejó claro la evidente desigualdad de las bases epistemológicas con las que se partía. Mientras que por parte de los científicos se muestran intentos explicativos de lo que son las teorías científicas y que nada tiene que ver con la definición de “teoría” en ámbitos no científicos, los teóricos de la conspiración basan sus discursos en suposiciones no verificables, sesgos de confirmación y una profunda desconfianza hacia las fuentes oficiales.
La falta de evidencia empírica de los postulados de los teóricos de la conspiración la suplen con anécdotas personales, rumores, falacias lógicas y presuntas experiencias extrasensoriales que hace muy difícil un debate constructivo basado en hechos.
Cuando se realizan estos eventos públicos se legitiman las teorías de la conspiración porque se sugiere que están al mismo nivel de las explicaciones científicas respaldadas por la evidencia. Los teóricos de la conspiración a menudo utilizan tácticas retóricas que pueden ser efectivas en estos encuentros. La apelación a la emoción, la creación de falsas equivalencias y el uso de preguntas engañosas son estrategias que confunden al público y desvían la atención.
La inmensa mayoría de la población no tiene el conocimiento científico para discernir entre argumentos fundamentados y las falacias que escopetean sin parar los teóricos de la conspiración, esto lleva a una percepción distorsionada de la validez de las teorías de la conspiración que se han puesto a la altura de las teorías científicas que sí describen, explican y predicen con gran precisión fenómenos naturales y eventos conductuales humanos. Todo esto es muy fácil para los teóricos de la conspiración porque adaptan y cambian sus argumentos constantemente, si un punto es refutado surgen nuevas afirmaciones sin base sólida que perpetúan el ciclo de la desinformación.
Yo no estoy conforme con estos “encuentros”, no son debates, no son charlas, no hay intercambio de información. Ya escribí sobre eso, cómo los pseudos aprovechan estos encuentros para dar a conocer sus negocios, sus eventos, sus estrafalarios proyectos que suelen ir contra la salud, contra la sociedad, contra la cultura, y contra determinados sectores de la población. Considero que es más efectivo que la divulgación científica se concentre en la divulgación de la información basada en la evidencia para combatir la desinformación.
Conclusión
Hay una frase que es: “Ha perdido el conocimiento”. Esta frase describe una situación en la que una persona está inconsciente y no responde a estímulos externos. Es una condición fisiológica que puede ser temporal y causada por una variedad de factores.
También se utiliza esa misma frase: “Ha perdido el conocimiento” cuando alguna persona abraza ideas irracionales, sugiere que la persona ha dejado de usar el pensamiento crítico y la razón y utiliza creencias sin evidencia lógica o científica. A veces la persona parece desconectada de la realidad objetiva y puede ser signo de estar aceptando falacias lógicas y sesgos cognitivos sin cuestionarlos. Esto acarrea unas influencias emocionales que a veces son difíciles de manejar, emociones como el miedo, la esperanza o la ansiedad toman el control y la capacidad cognitiva para procesar la información de manera racional y crítica se ve comprometida.
Cuando alguien nos viene diciendo que ha vivido una experiencia mística porque ha consumido algún neurotóxico y ha tenido/vivido alguna revelación que va a guiar su vida porque ha recibido mensajes de […], inserte ahí la fantasía que se desee… ¿Dónde ponemos eso que se llama el pensamiento crítico? ¿Qué toma de decisiones podemos hacer y qué problemas, si los hubiera, se asumirían? ¿Esperamos a la próxima revelación cuando se consuman tóxicos?
La cuestión es que las fantasías de los charlatanes pagan sus facturas y sus estilos de vida, sus estrategias son muy efectivas para atraer seguidores, generar ingresos y mantener su influencia. Sus contenidos impactantes captan la atención de sus oyentes, el sensacionalismo es su bandera, sus narrativas apocalípticas con elementos de miedo y urgencia motiva a otras personas a actuar rápidamente comprando o difundiendo esos mensajes. Repetir y repetir hasta la saciedad información que confirma las creencias preexistentes, sin tener en cuenta la evidencia en contra, produce que parezca mensajes verdaderos por el efecto de la familiaridad, para ello atacan la credibilidad de personas, de instituciones, y de lo que haga falta.
Las Nuevas Tecnologías han sido las mejores aliadas de los charlatanes y teóricos de la conspiración, los espacios de eco han fomentado la formación de comunidades en línea donde los seguidores comparten mensajes y discursos reforzando sus creencias sin ser desafiados ni refutados. Ofrecen un sentido de pertenencia y propósito vital al presentarse como una “elite que conoce la verdad”. Se han mostrado expertos en vender “contenidos exclusivos” que prometen proteger a las personas de las amenazas que describen en sus alocadas teorías que apelan a la vez al miedo y la paranoia, a la esperanza y el empoderamiento. Son expertos en invertir la carga de la prueba, exigen que los escépticos a sus ocurrencias prueben que sus teorías conspirativas no son verdaderas, no proporcionan pruebas de sus mensajes, siempre pasa algo que impide la presentación de pruebas. Pero sí que adaptan y modifican sus discursos cuando integran nuevos elementos que mantienen y expanden su influencia, generan ingresos y siguen promoviendo fantasías.
Bibliografía:
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https://www.philosophica.info/voces/comte/Comte.html
https://philarchive.org/archive/PRIECV
https://www.sophipolis.net/pdf-materiales/Comte_Invitacion-filosofia.pdf
https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_commissions/index_sp.htm
https://archive.org/details/de-veritate-1/De%20veritate%201/page/7/mode/2up
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492013000400003
https://archive.org/details/GouldStephenJayCienciaVersusReligionUnFalsoConflicto
https://www.bbc.com/mundo/noticias-39040007
https://evemuseografia.com/2018/02/02/arte-y-ciencia-similitudes-y-diferencias/