Hacedores de víctimas
El abuso sexual infantil (ASI) forma parte del maltrato infantil y es un problema de salud pública completamente invisibilizado en la sociedad, con graves consecuencias físicas, psicológicas y sexuales a corto y largo plazo para todas sus victimas, sus familias y la sociedad en su conjunto. El ASI es un riesgo para la Infancia y la Adolescencia que la sociedad en su conjunto no ha sabido abordar.
Arrebatar el descubrimiento sexual por medio de los abusos sexuales infantiles es un crimen del que se habla poco. La especie humana, al igual que la mayoría de primates y algunas especies mamíferas, contempla la dimensión sexual recreativa con igual o mayor importancia que la dimensión sexual reproductiva. La dimensión sexual recreativa es multifactorial y ahí intervienen las relaciones íntimas de juego, placer y disfrute. La búsqueda de otra persona con intenciones de compartir experiencias gratificantes, enriquecedoras, en un principio torpes, con la apertura que da el aprendizaje en común, el descubrimiento de unas subjetividades compartidas, de unas expectativas, de unas vivencias y unas conciencias humanas, implica la identidad, el papel social, el romance y las emociones de todas las personas.
La apertura al mundo de la sexualidad voluntaria, consentida y con responsabilidad significa asumir positivamente el Hecho Sexual Humano y el proceso de sexuación. Lleva a la aceptación personal de la sexualidad como fuente de placer, salud, afectividad y fecundidad. Comprender y conocer el desarrollo sexual humano va mucho más allá porque pasa por tomar conciencia y aceptar la figura corporal propia y de los demás, pasa por comprender a las personas en sus contextos cotidianos, pasa por ser consciente de que la sexualidad humana se expresa a través de deseos, intenciones y conductas. Sin elementos discriminatorios se puede alcanzar una identidad sexual libre que desarrolla la autoestima. Por supuesto que hay que comprender y conocer los mecanismos de la reproducción humana para asumir esta capacidad reproductora, llegado el caso, con responsabilidad. Ver el deseo sexual humano, su orientación y sus manifestaciones con sana curiosidad, aprendiendo de la diversidad sexual humana en todo su esplendor. Ser consciente de que no se puede desligar la respuesta sexual de los afectos, sentimientos y emociones asociados. De esa forma se reconocerán las necesidades afectivas y su evolución a lo largo del ciclo vital.
Vivir la erótica en las relaciones personales pasa por desarrollar habilidades comunicativas, la empatía y la expresión emocional. Es muy importante aprender a reconocer las situaciones de riesgo del comportamiento sexual. También hay que desarrollar estrategias personales y colectivas para el análisis y la resolución de problemas que se pueden presentar en torno a la Sexualidad. Explorar la cordialidad, la sensibilidad para conectar con las personas en los contextos concretos sin valorar ni enjuiciar, sin generalizar, pasa por ser honesto y sincero. Mantenerse informado es primordial. Es una tarea interminable y abarca todo el ciclo vital. Es un compromiso con uno mismo y con la sociedad ya que conforme se va avanzando en la vida nos podemos encontrar con situaciones, experiencias y vivencias que pongan en cuestión nuestros sentimientos, nuestras actitudes y nuestros valores. Existen muchos mitos, estereotipos, errores y falsedades sobre la diversidad sexual humana, en estos rincones de la desinformación nos encontramos conflictos de intereses, intereses comerciales, políticos y religiosos que puede causar graves daños psicológicos y morales a las personas. Por eso es tan importante mantenerse informado a lo largo de todo el ciclo vital.
Las relaciones afectivo-sexuales humanas están inmersas en culturas, valores y derechos que según la zona geográfica serán de una forma u otra. La sexualidad es un aspecto fundamental de la vida humana, con dimensiones físicas, psicológicas, para algunos espirituales, sociales, económicas, políticas y culturales. Es imprescindible la información culturalmente importante, científicamente rigurosa y apropiada, adecuada a cada edad del ciclo vital para clarificar y consolidar valores y actitudes positivas que enriquezcan el conocimiento y la comprensión de situaciones placenteras como problemáticas. La planificación reproductiva, las ITS (Infecciones de transmisión sexual), las situaciones violentas o de abusos sexuales que se pueden llegar a dar, los servicios de salud son aspectos que se tienen que contemplar en y por la sociedad.
La Educación Sexual Integral (ESI) se muestra como el camino primordial en este proceso de enseñanza y aprendizaje para obtener las herramientas cognitivas y sociales necesarias para tener conocimientos de calidad acerca de la diversidad sexual humana y la salud reproductiva. La ESI muestra unas características como ser científicamente precisa, gradual, adecuada a la edad y en nivel de desarrollo, con una base en el plan de estudios, basada en un enfoque de Derechos Humanos y basada en la Igualdad de Género, culturalmente pertinente y apropiada según el contexto y transformadora. Tiene que ser capaz de desarrollar las habilidades para la vida necesarias para apoyar opciones saludables.
La ESI (Educación Sexual Integral) se muestra como el camino más directo y correcto para enseñar a la Infancia y a la Adolescencia, y por extensión a lo largo de todo el ciclo vital humano, la diversidad de la sexualidad humana, cómo prevenir conductas de riesgo y cómo detectar posibles ASI. Negar esto es promover la pedofilia y la pederastia, como se ha venido haciendo desde ciertos sectores políticos y religiosos en los que con el tiempo se ha visto que se ha promocionado y encubierto la pederastia.
Resistencias a la Educación Sexual Integral
Hay abrumadora evidencia de que la ESI beneficia a la Infancia, a la Adolescencia, y a la sociedad en general. Actualmente hay una oposición muy ruidosa en redes sociales y medios de comunicación, incluso se han introducido en los plenos de los ayuntamientos y en los Congresos de Diputados y Senadores que chillan muchísimo para que no se imparta la ESI en colegios e institutos. Cuando se exponen estos frenos sociales en púlpitos públicos, al alcance de la población, hay unos objetivos mucho más amplios. Estos charlatanes políticos y religiosos atentan contra el pleno ejercicio de los Derechos Humanos por parte de grupos específicos, en particular mujeres, lesbianas, gais, bisexuales, personas transgénero e intersexuales (LGBTIAQ+) y, en cierta medida, de los propios niños, niñas y adolescentes, basada en la idea de que ello amenazaría lo que ellos consideran valores tradicionales y religiosos.
En varios países de Occidente se han introducido diversos proyectos, en principio no de ley en Europa, pero sí de ley en EE. UU., entre las que se incluye la prisión, para cualquier persona que, trabajando en el contexto educativo o en las instalaciones de la escuela, “propague o apruebe la práctica de relaciones sexuales o de cualquier otro acto sexual por los menores”. No han podido poner unas excusas peores y es que mienten cuando dicen que la ESI (Educación Sexual Integral) [sexualiza a la infancia, hace propaganda a favor de la homosexualidad y es difusora de la “ideología de género”], alegan que se priva a los padres y madres de su “derecho” a educar a sus hijos e hijas en conformidad con sus valores y creencias. Algunos van más allá, sobre todo en los ámbitos religiosos en los que se atreven a vincular la ESI con la promoción de la pedofilia, efebofilia y la pederastia.
Los objetivos de la educación sexual son cómo “enseñar y aprender sobre los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad humana”. Dotar a las personas, en todo el desarrollo de su ciclo vital de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que les haga fuertes, que les otorgue el poder del discernimientos entre lo qué es una sana relación afectivo-sexual y qué son los abusos sexuales y violaciones.
Algunos de los beneficios de la ESI pueden ser:
- una iniciación sexual tardía;
- una reducción en la toma de riesgos;
- un mayor uso de anticonceptivos;
- y mejores actitudes relacionadas con la salud sexual y reproductiva.
A estos sectores sociales, políticos y religiosos, que se oponen a la ESI, parece que les moleste la prevención sobre el abuso sexual infantil, la violencia sexual y la explotación sexual de la Infancia, Adolescencia y a los Adultos y para ello han puesto sobre la mesa la carta de la “pederastia” cuando se está viendo que diversos sectores de la religión, el deporte, educación, familias y allí donde haya infancia y adolescencia, los depredadores sexuales están al acecho para caer sobre sus víctimas a la primero oportunidad que tengan.
La sociedad está viendo cómo las nuevas tecnologías, las redes sociales y los usos de la Internet han hecho más vulnerables a la infancia y la adolescencia. El acoso sexual en línea, la extorsión sexual, el ciberacoso u otras formas de explotación sexual, a los que se tiene acceso por medio de las tecnologías de la información y la comunicación. Más que nunca hace falta la ESI por ser crucial para prevenir estas situaciones en la que nuestra infancia y adolescencia se ven sin herramientas cognitivas y de apoyo sociales para reconocer un acoso o un abuso.
La ESI es importante y decisiva para prevenir la violencia de género y la discriminación contra las mujeres. Contribuir a que en las primeras etapas de la educación se muestren mensajes claros de la igualdad entre mujeres y hombres, promoviendo roles de género no estereotipados, educando en el respeto mutuo, el consentimiento en las relaciones sexuales, poner énfasis en la resolución no violenta de conflictos en las relaciones interpersonales y el respeto a la integridad personal son facetas que se clarifican con los aprendizajes y enseñanzas que ser promueven con la ESI.
Lo que estas resistencias políticas y religiosas ocultan es que tanto la infancia como la adolescencia tienen derecho a recibir una educación sexual integral. Este derecho sí es un Derecho Natural dado por la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, la Convención de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de violencia contra la mujer, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y, a nivel europeo, la Carta Social Europea y los Convenios anteriormente mencionados de Lanzarote y Estambul. El derecho a recibir una educación sexual integral se deriva de una serie de derechos protegidos, como el derecho a vivir libre de violencia y discriminación, el derecho al más alto nivel posible de salud mental y física, pero también el derecho a recibir e impartir información y el derecho a una educación inclusiva y de calidad, incluida la educación en derechos humanos. Recibir ESI es un derecho en sí mismo.
Los opositores a la ESI religiosos
Cuando se destaparon las informaciones sobre los casos de pederastia de la empresa de la religión católica, se hicieron grandes apuestas por las exageradas y teatrales conferencias, seminarios, viajes y demás diplomacias internacionales que han dado cuenta de la gran cantidad de delitos de abusos sexuales infantiles que la iglesia ha tenido que tapar en diversos países.
Montaron un “encuentro” del 21 al 24 de febrero de 2019 entre sus chiringuitos más famosos:
- La Comisión Pontificia para la protección de los menores
- La Congregación para la Doctrina de la Fe (Dicasterio para la doctrina de la fe)
- El Comité Organizador
Los escándalos de pederastia continúan, países como Chile, Australia, Alemania, Irlanda y Estados Unidos han afectado seriamente a la Iglesia católica en la pérdida de fieles y en su economía, así que la pederastia entre la industria de la religión católica se convirtió en un “desafío urgente” porque “estaban perdiendo dinero”.
Estas denuncias hacen que la industria de la iglesia pierda dinero y eso no lo pueden consentir.
El encuentro al que llamaron “Encuentro sobre La protección de los menores en la Iglesia” estuvo encaminado a dar una apariencia de preocupación. Allí se presentaron los presidentes de las conferencias episcopales de la Iglesia Católica, los jefes de las Iglesias Católicas Orientales, los representantes de la Unión de Superiores Generales y de la Unión Internacional de Superioras Generales, miembros de la Curia Romana y el Consejo de Cardenales.
La prensa española puso mucho énfasis en mostrar el esplendor de este encuentro.
La pérdida de fieles supone la pérdida de dineritos y es algo que perturba mucho en la fuerza de la industria de la iglesia católica.
Para contrarrestar estas nuevas impresiones que estaba dando la iglesia montaron una dialéctica que reforzaba el victimismo del victimario agresor, a la par que se utilizaban los medios de comunicación masiva, redes sociales y todas las posibilidades que aportaba la Internet para intentar minimizar los daños justificando lo injustificable con su verborrea infinita de divinidades inventadas.
En 2010 el cardenal portugués Saraiva decía que tras las denuncias de abuso sexual en la empresa de la iglesia había intereses de abogados, en fin, los primero promotores de las teorías de la conspiración en acción:
Un cardenal muy activo invocando teorías de la conspiración para echar balones fuera sobre los casos de pederastia.
Y algo a lo que se acogen como clavo ardiendo es lo siguiente:
Pregonan que el 2% de los casos de pederastia los cometen curas. Acudo a las fuentes para saber cuántos curas, obispos y toda esa ralea hay. Hay que comprar un libro de 48€ para saber las estadísticas del Vaticano, está claro que no voy a comprar eso. Voy a las publicaciones que tienen los datos muy resumidos.
En febrero de 2022 se publica esto en L’Osservatore Romano, el periódico oficial de la Ciudad del Vaticano.
Y teniendo en cuenta lo que dijo el cardenal Saraiva: “sólo el 2% de los caso de ASI son perpetrados por integrantes de la curia eclesiástica”, a vuela pluma hago unos pocos números a ver si le dan veracidad a lo que dice ese miserable llamado cardenal Saraiva.
2020: entre obispos, sacerdotes, religiosos, profesos no sacerdotes y diáconos había en el planeta 514786 hombres dedicados a obispos y a curas. Según el cardenal Saraiva, que en 2010 dijo que el 2% de los pedófilos pederastas son “curas”, ese mantra se ha mantenido en los diversos encuentros montados. Si de estos 514786 hombres integrantes de la industria de la religión católica se produce el 2% de los casos de pederastia en el planeta. ¿Están seguros estos listos de la industria de la iglesia católica que ese es un buen dato para ellos? Me da que no.
El Arte de la Denuncia, la Denuncia en el Arte
La película Spotlight de McCarthy (Open Road Films, 2015) narró la investigación periodística y las resistencias que se encontraron a la hora de hacer públicas los datos y conclusiones que sacaron sobre los abusos sexuales, pedofilia y pederastia realizada por sacerdotes en Massachusetts, USA, en los inicios del año 2000. Indicó cómo la industria de la iglesia encubrió sus casos de pederastia, cambiando a los agresores sexuales de una diócesis a otra.
Exponer sin dramatismos el dolor causado a las víctimas, el malestar social que imperó al revelar que unas personas que se creían dignas de confianza habían sido capaces de decepcionar tanto por cometer unos delitos contra la integridad sexual de la Infancia y la Adolescencia fue una revelación que a algunos les costó y les cuesta asumir. Simplemente algunos no podían/pueden creer tan alto grado de decepción, fracaso y engaño que han optado por la evasión.
Narrar la triste realidad de cómo la industria de la iglesia católica cubrió los casos de pederastia de sus curas curas y obispos supuso un Premio Pulitzer en 2003 por servicio público al periódico The Boston Globe por:
“Por su valiente y completa cobertura del abuso sexual cometido por sacerdotes, un esfuerzo que traspasó el secreto, provocó reacciones locales, nacionales e internacionales y produjo cambios en la Iglesia Católica Romana”.
La Iglesia protegió a los abusadores sexuales
Siguiendo con el manual del victimario agresor sexual los integrantes de la curia católica empezaron negando los casos de ASI, si algún caso se colaba en los medios de comunicación hacían lo posible para ocultar al agresor, más tarde intentaron minimizar quitando importancia a los hechos no calificando de delitos a las violaciones y abusos sexuales, ellos consideraban que eran actos inmorales y que no eran para tanto. Cuando las víctimas empezaron a levantar la voz en medios televisivos, radios y redes sociales pusieron mucha fuerza para desacreditarlas, como eso no dio resultado trataron de silenciarlas mediante ataques, chantajes, presiones amenazas e incluso sobornos, y por fin llegó el castigo a las víctimas que fueron lanzadas al ostracismo y el desprecio de sus comunidades religiosas.
La frase “los trapos sucios se lavan en la propia casa” les explotó en toda la cara a los mandamases de la industria de la iglesia católica. El papa Juan Pablo II (papa desde 1978 hasta 2005) parece ser que sabía que los abusos sexuales se estaban cometiendo por todas las diócesis y lo encubrió todo.
Un ejemplo de lo más burdo lo encontramos una congregación fundada en 1941 y que como una secta se comportó como un grupo caracterizado por su persuasión coercitiva para conseguir fieles a los cuales abusar sexualmente. Los legionarios de Cristo, secta montada por Marcial Maciel, convencían a sus súbditos que creían que era un privilegio ser abusado sexualmente por el líder o alguno de sus lugartenientes (de esto ya hablaré en otro momento).
Organizaciones que toman la palabra
En 2014 la ONU censuró a la Santa Sede por no adoptar medidas adecuadas para poner fin a los abusos sexuales de niños cometidos por miembros del clero.
Estrategias perversas
Está claro que la iglesia católica desde hace décadas no sabe cómo manejar la situación de las denuncias de abusos sexuales infantiles. Unos delitos que se han cometido a lo largo de los siglos cuando a la Infancia se consideraba que era un poco más que la nada. Llegó el siglo XX y asomaron algunos valientes que decían en voz alta que habían sido abusados sexualmente por el cura de turno que le tocó en su parroquia.
Así que los mandamases de la industria de la religión católica se pusieron a pensar muy fuerte para ver cómo afrontaban estas situaciones delictivas que se estaban encontrando por todo el planeta.
Pensaron muy fuerte y en los ocultos cónclaves que tanto gustan a los cardenales y sacaron conclusiones que han llevado a cabo en estas últimas décadas, algo así como los últimos 70 años, desde que supieron que el Marcial Maciel gustaba de abusar de los niños.
Si cambiaban a un cura de parroquia decían que eran por “licencia por enfermedad”.
Cada vez que se abrió un caso, las investigaciones se realizaban por curas no capacitados, sin autoridad para tomar determinaciones de credibilidad sobre otros miembros del clero poniendo la negligencia por bandera. De esta forma los veredictos amañados tenían el objetivo de persuadir a las víctimas de que no hablaran ni denunciaran públicamente lo que les había ocurrido.
El propio clero creó unos centros especializados de tratamiento de curas, a donde fueron enviados sistemáticamente aquellos sobre los cuales pesaban demasiados señalamientos, (aquellos que tenían solo algunas denuncias podían seguir su carrera sin problemas).
Los tratamientos se basaron en los “autoinformes” de los abusadores, quienes generalmente minimizaban o negaban su conducta delictiva.
No se revelaron las conductas sexuales criminales a los feligreses, información que la comunidad necesitaba para poder proteger a sus niños.
Los curas que eran señalados como depredadores infantiles mantuvieron el soporte financiero del clero que siguió dándoles casa, pagando sus gastos y permitiéndoles estar en los espacios de su propiedad.
Mientras dicen en los medios de comunicación que “están al lado de las víctimas” utilizan utilizan eufemismos para no usar las palabras “abuso sexual infantil”. Crearon un sistema de términos en los que los delitos sexuales se llamaban “inapropiado”, o “cuestiones límite”.
Que no se denunciaran casos de curas abusadores sexuales en los juzgados penales y que se llevaran a cabo reuniones internas y opacas para poder mover ficha sin estorbos es una de las más aberrantes estrategias que los cardenales y obispos han fraguado bajo el dolor de los miles y miles de víctimas.
Pero la joya de la corona de la inhumanidad la plasmaron cuando intentaron relacionar la pederastia con la homosexualidad. Algo que tenían escondido entre sus documentos y demás legajos que sólo algunos sienten curiosidad por ver y leer, se hizo evidente cuando un nefasto cardenal llamado Bertone (secretario de Estado del Vaticano) dijo en 2010 que la homosexualidad era una patología y que ahí se incluía la pedofilia y la pederastia. Tarcisio Bertone era el número dos del papa Benedicto XVI. Estuvo muy activo promoviendo cortinas de humo para quitarse los molestos “asuntos de los abusos sexuales infantiles por parte de los curas y los obispos encubridores”.
Tenemos a los mandamases de la empresa de la religión cristiana algo ocupados dando justificaciones de la inhumanidad que tienen.
Así que nos encontramos con un fenómeno delictivo religioso que está perturbando a los países. Veremos que acontecimientos quedan por vivir.
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