Enemigos imaginarios II
El comunismo y su interesada malvada maldad
La industria de la religión cristiana ha encontrado un enemigo que está hecho a la medida de sus supersticiones y sus conflictos de intereses. La empresa religiosa cristiana no emerge con una concepción “del bien o deber para la sociedad”, emergió con vocación de poder. Sus simbolismos divinos han tenido como objetivo el ir recopilando poder político, adquisiciones materiales, poseer bienes inmuebles, controlar el Arte, firmar concordatos con los diferentes países cuya influencia es manifiesta, negocios con hospitales y orfanatos, bibliotecas, banca, etc. Por eso mismo cuando se asoman políticas en las que se proponen que no haya clases sociales ni propiedad privada de los medios de producción a los parásitos sociales de la jerarquía eclesiástica se ponen a escribir encíclicas, homilías y toda la retahíla de discursos a su disposición para que los adeptos hagan el trabajo de acallar voces que quieren frenar el nepotismo feudal que desprenden este tipo de empresas religiosas.
Este entramado ideológico-político-económico-empresarial-religioso ha utilizado la ampulosa dialéctica para vender unas posesiones divinas que no existen. Sus argumentos a una verdad revelada, a una fe que hay que querer tener, a una razón que se inventa unas justificaciones, conforme avanzan los siglos, sobre cómo tienen que ser las mujeres, la familia, la infancia y todo con el hedor del divino imaginario se sustenta en unos discursos que han vendido muy caros.
En 1846 Pío IX publicó la encíclica “Qui Pluribus”
Indicaba “que es un delirio” aquello que dicen “algunos” sobre que la religión cristiana católica es obra del hombre y no obra de Dios, “como dicen los enemigos del nombre cristiano”, que ellos tienen las pruebas de la revelación para rendir razonable homenaje a Dios.
Conocéis también, Venerables Hermanos, otras monstruosidades de errores y otros fraudes, con los que los hijos del siglo desafían amargamente la autoridad divina y las leyes de la Iglesia, para socavar simultáneamente los derechos del poder civil y sagrado. Éste es el objetivo de las injustas maquinaciones contra esta Cátedra Romana del Santísimo Pedro, en la que Cristo puso los cimientos inexpugnables de su Iglesia. Éste es también el objetivo de aquellas sectas secretas que surgieron ocultamente de las tinieblas para corromper las órdenes civiles y religiosas, y que fueron condenadas varias veces por los Romanos Pontífices, Nuestros Predecesores, con cartas apostólicas [Clemenes XII, Const. En eminente; Benedicto. XIV, Const. provisiones; Pío VII, Const. Eclesiam a Jesús; León XII, Const. Quo graviora] que Nosotros, con la plenitud de Nuestro Poder Apostólico, confirmamos y ordenamos que sean observadas con la mayor diligencia. Esto es lo que quieren las sociedades bíblicas más astutas mientras, renovando las viejas artes de los herejes, sin escatimar gastos no dudan en difundir incluso entre los hombres más rudos los libros de las divinas Escrituras, vulgarizadas contra las reglas más santas de la Iglesia y a menudo corrompida con explicaciones perversas, de modo que, abandonando la tradición divina, la doctrina de los Padres y la autoridad de la Iglesia católica, cada uno interpreta la palabra del Señor según su criterio privado y, desvirtuando su significado, cae en gravísimos errores. https://www.vatican.va/content/pius-ix/it/documents/enciclica-qui-pluribus-9-novembre-1846.html
Su victimismo es atroz. Sus palabras no dejan dudas sobre las intenciones que tienen para defender sus posiciones “divinas” aludiendo a unas presuntas luchas discursivas de otros papas con otroe “entes” que no hacían lo que esta empresa religiosa decía.
Gregorio XVI, de santa memoria, a quien sucedimos, aunque con menores méritos, emulando los ejemplos de sus predecesores, con su carta apostólica condenó tales sociedades [Greg. XVI, iluminado. Encíclica. Inter praecipuas machinationes], y queremos igualmente que sean condenados. Lo mismo decimos de ese sistema que repugna a la luz misma de la razón natural, que es la indiferencia de la Religión, con la que ellos, habiendo eliminado toda distinción entre virtud y vicio, entre verdad y error, entre honestidad y vileza, enseñan. que cualquier religión es igualmente buena para alcanzar la salud eterna, como si alguna vez pudiera haber acuerdo o comunidad entre la justicia y las pasiones, entre la luz y las tinieblas, entre Cristo y Belial. La infame conspiración contra el sagrado celibato de los Clérigos apunta al mismo fin, fomentada, ¡oh qué dolor!, incluso por algunos hombres de la Iglesia, miserablemente olvidados de su propia dignidad y cediendo a los atractivos de la voluptuosidad. A esto tiende también la perversa institución de la enseñanza en las disciplinas filosóficas, con la que se corrompe a la juventud incauta, sirviéndole la hiel del dragón en el cáliz de Babilonia.
A esto apunta la nefasta doctrina del comunismo, como dicen, especialmente hostil a la propia ley natural; una vez admitido, los derechos, las cosas y las propiedades de todos, e incluso la propia sociedad humana, se verían fundamentalmente afectados. En esto consisten las oscuras trampas de quienes, disfrazados de corderos, pero con alma de lobo, se insinúan con falsas apariencias de piedad más pura y de virtud y disciplina más severas: sorprenden suavemente, aprietan suavemente, matan en secreto; distraen a los hombres de la observancia de toda religión y causan estragos en el rebaño del Señor.
Por eso, en tantas vicisitudes de las cosas y de los tiempos, angustiados en lo más profundo de nuestro corazón por la salvación del rebaño divinamente confiado a Nosotros, no dejaremos nada sin remover, nada sin probar según el deber de Nuestro ministerio apostólico, de proveer con todo. nuestra fuerza para el bien de la familia cristiana. Pero vuestra ilustre piedad, vuestra virtud, vuestra prudencia, Venerables hermanos, excitamos en el Señor, para que, con la ayuda celestial, junto con Nosotros, defendáis valientemente la causa de Dios y de la Iglesia, como el lugar donde os sentáis y la dignidad con la que estás revestido. Con cuánto ardor debéis luchar, lo podéis comprender claramente al ver las llagas de la inmaculada Esposa de Cristo y la amarga vehemencia de sus enemigos. Y, ante todo, sabéis bien que os corresponde defender con vigor episcopal la fe católica y velar con toda diligencia por que el rebaño que os ha sido entregado permanezca estable e inmóvil en la fe: quien “no la haya conservado intacta e inviolable sin duda perecerá para siempre” [Ex Símbolo Quicumque]. Por tanto, poned toda vuestra diligencia en defender y mantener esta fe, sin dejar nunca de enseñarla a todos, reafirmando lo incierto, convenciendo a los contradictorios, consolando a los débiles, disimulando o tolerando nada que pueda oscurecer de algún modo la pureza de la fe misma. Ni con menos fuerza de alma fomentaréis en todos la unión con la Iglesia católica, fuera de la cual no hay salvación, y la obediencia a esta Cátedra de Pedro, a la que, como fundamento muy firme, se apoya todo el edificio de Nuestra Santísima Religión. soportado. Sin embargo, con igual constancia, cuidad de salvaguardar las santísimas leyes de la Iglesia, por las cuales florecen y se fortalecen la virtud y la religión.
Da instrucciones de lo que tienen que hacer.
Es entonces “gran misericordia abrir los escondites de los malvados y erradicar en ellos el demonio al que sirven” [S. Leo, Serm. VIII, capítulo. 4], por lo que a nosotros respecta, te pedimos que reveles al pueblo fiel las diversas trampas, fraudes y errores de los enemigos; y con diligencia lo alejas de los libros pestilentes; y exhortarlo asiduamente para que huyendo de las sectas y sociedades de malvados como el rostro de la serpiente, evite con sumo cuidado todas aquellas cosas que son contrarias a la integridad de la fe, la religión y las costumbres.
Por eso, que nunca dejéis de predicar el Evangelio, para que el pueblo cristiano sea cada día más instruido en los santos preceptos de la ley cristiana y en la ciencia de Dios, se aleje del mal, haga el bien y camine por los caminos del Caballero. Y ya que sabéis que sois embajadores de Cristo, que pretendía ser manso y humilde de corazón, y que no vino a llamar a justos sino a pecadores, dejándonos ejemplo para seguir sus huellas, no os canséis si encontrar algunos extraviados, fuera del camino de la verdad y de la justicia, para llamarlos y reprenderlos con dulce y gentil corazón y con paternales amonestaciones, y reprenderlos y amonestarlos con toda bondad, paciencia y doctrina, “cuando muchas veces hacia los malvados la benevolencia es más eficaz que la severidad y de las amenazas, más la caridad que la fuerza” [Conc. Trid., sess. 13, cap. 1 De Reforma].
Procurad aún con toda eficacia, Venerables Hermanos, que los fieles sigan la caridad, busquen la paz y realicen con diligencia las obras de caridad y de paz, para que, una vez superadas las enemistades, se solucionen las discordias, y todos se amen con caridad mutua. sean perfectos en la unidad del sentimiento y de la voluntad, y tengan una misma palabra y sean unánimes en Jesucristo Nuestro Señor. Inculcar en el pueblo cristiano la obediencia y sujeción debida a los Príncipes y a las potestades, enseñando según la doctrina del Apóstol que “no hay poder sino de Dios” (Rom 12,1.2), y que los que resisten al poder resisten la voluntad de Dios y por tanto adquieren la condenación; Nunca podrá ser violado sin culpa por nadie el precepto de obedecer al mismo poder, a menos que se ordene algo que entre en conflicto con las leyes de Dios y de la Iglesia.
Esto venía de antes, Pío IX no hacía más que seguir el camino marcado por sus antecesores en los aspectos de “que nadie ose tocar el poder de la industria de la iglesia católica que montamos cismas, guerras y lo que haga falta”.
Un poco de encíclicas
Gregorio XVI escribió la encíclica “Inter Praecipuas” en 1844 que empieza diciendo que ellos tienen la verdad católica.
Entre las artimañas más sutiles con las que hoy en día los no católicos de diversas denominaciones tienden trampas a los amantes de la verdad católica, intentando alejar a las almas de la pureza de la Fe, no ocupan el último lugar las Sociedades Bíblicas, que, establecidas en Inglaterra y luego ampliamente difundidos por todas partes, los vemos empeñados unánimemente en traducir los libros de las divinas Escrituras a todas las lenguas vernáculas, difundiendo un gran número de ejemplares, sin ningún discernimiento, entre cristianos e infieles, invitándolos a leerlos sin guía alguna. De esta manera, como ya se quejó Girolamo en su tiempo [Epist. ad Paulinum, § VII, quae est Epistola LIII, volumen I, op. editar. Vallarsii], quieren hacer accesible el arte de comprender las Escrituras a los hombres de cualquier condición, incluso “a la anciana locuaz, al anciano ahora delirante, al sofista prolijo y a todos”, siempre que sepan leer, sin la guía de un maestro: en efecto (lo que es incluso absurdo, incluso inaudito) no excluyen de esta comprensión ni siquiera a las poblaciones de infieles.
Este papa estaba muy enfadado con eso que se llamó Sociedades Bíblicas porque no hacían lo que él y sus predecesores decían, eso enfurece mucho a la curia cristiana. Sobre todo porque estos grupos salieron en Inglaterra y esto de los anglicanos lean la biblia no parece que les gustaba mucho, la biblia se tiene que leer cuando, como y cuanto ellos digan.
A Gregorio XVI no le gustaba el liberalismo, fue un conservador radical, defendía la infalibilidad papal. Se vio envuelto en las intrigas políticas que dejaron a Europa patas arriba incluido “el caso de los Estados Pontificios” (Los Estados Pontificios fue la manifestación de la poderosa industria de la religión cristiana que más o menos disfrutaba desde 756 hasta 1870, el tema era “Roma” con su expansión cristiana, al final una mussolinada arregló el tema con los pactos de Letrán, 1929, que se firmo que Roma era la capital de Italia y Ciudad del Vaticano un país independiente dentro de Roma y que era la “casa del papa”, así de momento, todos contentos).
Diversos enemigos
Si hay algo de lo que disfruta la curia eclesiástica es de sus enemigos, tiene enemigos para cada ocasión. Hay dos enemigos que son los top 10 y son la masonería y el comunismo.
Desde mediados el siglo XVIII y en todos los niveles de su jerarquía la masonería ha tenido el honor de ser una enemiga de la industria de la iglesia cristiana católica.
En España se ha disfrutado especialmente debido al nacionalcatolicismo que necesitaba enemigos como si no hubiera mañana. Qué le gusta un enemigo, aunque sea de chichinabo, a la fervorosa CEE que trae de cabeza a los políticos españoles con sus trapicheos inmobiliarios, sus casos de pederastia y sus distintos apoyos a la más cruel extrema derecha.
Supuestamente la iglesia cristiana católica tiene como enemiga a la masonería porque los masones veneran a Lucifer, así que consideran que todo lo relacionado con la masonería es masónico y por extensión satánico.
Ratzinger en 1983 aseveraba que un masón contraía la excomunión por entrar en una asociación que conspira contra la iglesia. Hubieron varias encíclicas a lo largo de los siglos que condenaron la masonería:
- Ecclesiam a Jesu Christo, Pío VII (1821) https://www.vatican.va/content/pius-vii/it/documents/bolla-ecclesiam-a-jesu-13-settembre-1821.html
- Quo graviora, del papa León XII (1826) https://www.vatican.va/content/leo-xii/it/documents/bolla-quo-graviora-13-marzo-1825.html
- Mirari Vos, Gregorio XVI (1832) https://www.vatican.va/content/gregorius-xvi/it/documents/encyclica-mirari-vos-15-augusti-1832.html
- Multiplices inter, Pío IX (1865) https://www.vatican.va/content/pius-ix/it/documents/allocutio-multiplices-inter-25-septembris-1865.html
- Humanum genus, León XIII (1884) https://www.vatican.va/content/leo-xiii/en/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_18840420_humanum-genus.html
- Vehementer nos, Pío X (1906) https://www.vatican.va/content/pius-x/it/encyclicals/documents/hf_p-x_enc_11021906_vehementer-nos.html
- Providas romanorum, Benedicto XIV (1751)
- Traditi Humilitati, de Pío VIII (1829) https://www.vatican.va/content/pius-viii/it/documents/enciclica-traditi-humilitati-24-maggio-1829.html
- Qui pluribus (1846), de Pío IX https://www.vatican.va/content/pius-ix/it/documents/enciclica-qui-pluribus-9-novembre-1846.html
- Quibus quantisque malis (1849), de Pío IX https://www.vatican.va/content/pius-ix/it/documents/allocuzione-quibus-quantisque-20-aprile-1849.html
- Quanta cura (1864), de Pío IX https://www.vatican.va/content/pius-ix/it/documents/encyclica-quanta-cura-8-decembris-1864.html
- Apostolicæ Sedis (1869), de Pío IX https://archive.org/details/apendice-apostolici-e-sedis-moderationi/page/172/mode/2up
- Etsi multa (1873), de Pío IX https://www.vatican.va/content/pius-ix/it/documents/enciclica-etsi-multa-21-novembre-1873.html
- Etsi Nos (1882), de León XIII https://www.vatican.va/content/leo-xiii/en/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_15021882_etsi-nos.html
- Officio sanctissimo (1887), de León XIII https://www.vatican.va/content/leo-xiii/en/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_22121887_officio-sanctissimo.html
- Ab Apostolici (1890)
- Custodi di quella fede (1892), de León XIII https://www.vatican.va/content/leo-xiii/it/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_08121892_custodi-di-quella-fede.html
- Inimica vis (1892), de León XIII https://www.vatican.va/content/leo-xiii/la/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_08121892_inimica-vis.html
- Praeclara Gratulationis Publicae (1894), de León XIII https://www.vatican.va/content/leo-xiii/la/apost_letters/documents/hf_l-xiii_apl_18940620_praeclara-gratulationis.html
- Vigesimo quinto anno (1902), de León XIII https://www.vatican.va/content/leo-xiii/it/apost_letters/documents/hf_l-xiii_apl_19020319_vigesimo-quinto-anno.html
La industria de la iglesia tiene una posición firme frente a la asociación de la masonería. Se indica que la iglesia tiene razones prácticas y doctrinales respecto a su posición.
Así que tenemos este enemigo tan chulo, tan hecho a la medida para retomar esa artimaña que indica que la iglesia es “maestra, nodriza y madre” de la civilización integral, así como encaminar la filosofía cristiana moderna a la ley natural de Tomas de Aquino. Escriben y escriben explicando cuál es la diferencia entre la libertad natural y la libertad moral. Esto básicamente es que la libertad natural es racional porque no hay libertad sin razón y ha tenido la intervención divina y la libertad moral es la libertad para elegir el bien. Todas esas cosas los masones no las cumplen, según los de la curia eclesiástica, poner este enemigo en el camino es muy fructífero para la industria de la religión cristiana.
Tanto que las escisiones de la industria de la iglesia cristiana católica están en pugna por ver quién es más miserable, la pole la tiene la Santa Sede ya que considera que la cristiandad y Occidente (sea eso lo que sea) es uno, trino e indivisible (ya tu sabes, eso de maestra, nodriza, madre y de bonus track es la esposa de Cristo, para que quede claro que la divinidad es muy divina).
Estaban tan enfrascados los de la dictadura franquista con sus alegatos contra el “contubernio judeo-masónico”, tan dicharacheros con sus argumentos por una enorme aversión personal de F. Franco hacia la masonería, en España la representación tanto de judíos como de masones era mucho más que mínima, pero eso daba igual, el dictador había dado forma a unos enemigos imaginarios y había que sacar partido a esas supersticiones. Hasta el final de sus días el dictador siguió con el discurso que tan bien le había venido.
Aunque la propaganda franquista hizo que “se vieran masones por todos lados”, esa fue la gran estafa y el gran engaño de F. Franco y su corte, se expandieron con el beneplácito de la industria católica unos discursos cuyo protagonista era un tal Satán que según la curia cristiana alentaba a pronunciamientos anticatólicos.
Y resulta que tal fobia por los masones tenía premio. Sí, en 1953, el país masón por excelencia, entró por la puerta grande en territorio español afianzando su poderío con toda una parafernalia propagandística que ríete de los periódicos franquistas.
En 1953 se firman los Pactos de Madrid, unos convenios entre el contubernio franquista y los estadounidenses “para combatir al comunismo”.
Y así es como tres bases aéreas (Base Aérea de Morón, Base Aérea de Zaragoza, Base Aérea de Torrejón de Ardoz) y una naval (Base Naval de Rota) de USA se instalaron en España.
Y todo esto para luchar contra el comunismo. La Guerra Fría supuso el acicate para vender que “España la única nación que había combatido contra el comunismo y había vencido”, eso sirvió para que el radar de la Doctrina Truman focalizara en “una España anticomunista” con una dictadura muy manejable y maleable y lo más importante, un gran valor geoestratégico para los planes bélicos de USA en el planeta. De esta manera tan vil el franquismo se aseguró su continuidad con una relación con USA sumisa y servil. Jurisdicción militar propia y privilegios fiscales entre otras prebendas fueron “las condiciones” exigidas por USA y por las que el Almirante Carrero Blanco babeaba.
El macartismo y su caza al comunista imaginario había pisado fuerte en la política de USA, las paranoias políticas se desataron y a cualquiera lo podían acusar de “comunista”.
Ahí estaba el franquismo para asegurar que el terror rojo “podía ser vencido” y que se persiguiera a cualquier persona con la sola presunción de “me parece que es rojo/a”.
Qué buen enemigo el comunismo
El estupendo enemigo que es el comunismo dio muchas glorias y dinerito a nefastos personajes. El comunismo es un ente filosófico que perturba a las calenturientas mentes religiosas, es algo muy común de las industrias de las religiones, ven al comunismo esa cosa que hay que abatir.
La historia del comunismo es algo que tiene mucho de tragicomedia y confusión. Aparte del famoso libro de Marx “El Capital-Crítica de la economía política”, 1867, y el escrito por Marx y Engels “El manifiesto comunista” que salió en 1848 hay mucho más en esa cosa que llaman “comunismo”, pero sobre todo lo que hay es una serie de mitos y leyendas que dan pábulo a algunos de los más exacerbados discursos.
En España tenemos mucha experiencia con eso, entre 1918 y 1936 la proliferación de discursos sobre “el peligro comunista” dio fundamento a un golpe de estado, al que siguió una guerra atroz, más décadas de tiranía dictatorial, hasta hoy tenemos las consecuencias. Las teorías de la conspiración que envolvían estos discursos planteaban un apocalipsis tras la presunta revolución social del comunismo. Este peligro comunista fue forjado como un enemigo político al que se le atribuyeron las peores cualidades, el contubernio judeo-masónico- comunista también formaba parte de ese folclore político que exacerbaba con propaganda e inventos cualquier atisbo de levantar la voz ante las tiranías que la dictadura franquista hacía a la clase obrera, a las mujeres y a la Infancia.
La propaganda del terror rojo que tenía sones lejanos de una Revolución Bolchevique caló en la aristocrática burguesía conservadora española que emparanoiada por si venía el comunismo y le quitaba las propiedades comenzó con una serie de dialécticas en el que el miedo, la propaganda y la unión con la industria de la religión cristiana y sus simbolismos hicieron presión para el devenir que se tuvo en 1936.
Pregonar el apocalipsis del estilo de vida y las presuntas catástrofes que se venían porque estaba en marcha “una inminente insurrección comunista” alimentaba el discurso anticomunista, ayudaba una serie de noticias que no se produjeron como curas crucificados, monjas violadas e hijos de guardias civiles sin ojos que fueron incorporadas sin mayor problema al relato de esta aristocrática burguesía conservadora y cristiana.
La mística mítica del anticomunismo nacional-catolicista estaba lleno de unos simbolismos delirantes que alimentaba unas justificaciones abyectas del golpe de estado dado por Franco y Mola, de la guerra que vino después, la cruel postguerra que se vivió y las largas décadas de dictadura que vivimos. El vender que España era un crisol de culturas que luchaba contra el contubernio judeo-masónico con un imaginario “guerrero invicto” que combatió contra el comunismo y le ganó le valió una venta del territorio español a la USA pre-macartista en 1953 con la colocación de las bases militares de USA en territorio español, a la par que se firmaba el concordato con el Vaticano, el contrato más abyecto y represivo que afianzaba las delirantes conductas de los mandamases franquistas.
No voy a entrar en la fabulación de la nación que se inventó el gobierno de Franco cuando terminó la Guerra Civil, no es propósito de este texto, eso queda para otro día porque es un periodo que parece que algunos han olvidado, otros lo echan de menos y la inmensa mayoría lo calló porque era mejor callar.
Qué es eso del comunismo
El movimiento obrero surgió en Inglaterra en el siglo XVIII. Tras la Revolución Industrial se vio que los empresarios (la burguesía) no tenían en cuenta las condiciones laborales de los trabajadores (el proletariado). Eso de la legislación laboral consistía en que los empresarios decidieran todo, desde los salarios hasta la extensión de la jornada laboral. Cuestiones como el hacinamiento, los bajos salarios, las pésimas condiciones laborales fueron aumentando el malestar de los obreros. Así que tomando ejemplo de los gremios medievales los trabajadores se organizaron, comenzaron a ayudarse mutuamente, reclamando mejoras laborales y a cuestionar la industrialización.
Poco a poco estas luchas sociales aparecieron en otros países europeos, en un principio se bifurcaron en dos aspectos importantes y complementarios.
- Mejoras laborales: mejores salarios, jornadas laborales acotadas y seguridad.
- Derechos políticos: la libertad de expresión, el voto y la asociación (sindicatos) también estaban en los objetivos de los trabajadores.
Estas propuestas tuvieron la oposición de la burguesía (los empresarios) y de algunos grupos de trabajadores. Pronto se vio que los enfrentamientos traían unas consecuencias en las que siempre perdía el trabajador porque era reprendido por las fuerzas de seguridad del Estado.
En el siglo XIX se desarrollaron distintas teorías que analizaban y criticaban la desigualdad estructural del capitalismo, las condiciones de vida de la clase trabajadora e incluso se habló de “la cuestión de la mujer”.
Emergió algo que han llamado “socialismo científico” cuyo mensaje principal fue “la unión internacional del proletariado”. En 1864 se fundó la Asociación Internacional de Trabajadores (más conocida como la Primera Internacional) se disolvió en 1879 por desacuerdos entre marxistas y anarquistas.
Karl H. Marx (1818–1883) filósofo, economista, sociólogo, periodista, intelectual y político comunista alemán de origen judío. Escribió “El capital: crítica de la economía política”.
Los movimientos obreros que se sucedían a lo largo del siglo XIX dieron paso a una serie de reformas obreras que tenían como objetivo mejorar las condiciones de los trabajadores en las fábricas que emergieron tras la revolución industrial.
Así que cuando un manifiesto empezó con estas palabras, la curia vaticana, las diferentes aristocracias, las burguesías industriales y demás sectores sociales privilegiados vieron peligrar su estilo de vida, sus riquezas, sus trapicheos y sus necedades divinas:
“Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes” (Marx, 1983: 51).
Qué hizo la industria de la religión cristiana
La industria de la iglesia cristiana, sus mecenas y todos aquellos empresarios y especuladores que claman con que “la propiedad privada es un derecho natural que emana del mismísimo dios” quieren un enemigo a su medida, ese enemigo sin dudar es “esa cosa que llaman el comunismo”.
El comunismo es el enemigo primordial y lo mismo sirve para un roto y para un descosido, con el comunismo igual fríes una corbata que planchas un huevo frito solo hace falta que se pongan por escrito verborreas que presumen de alianzas divinas y promesas de futuros muertos. Es maravilloso, tiene ese halo de maldad muy acorde con la idea del diablo, de satanismo de pacotilla y de luciferinas intenciones.
Esas cosas de luchas contra el poder no han gustado nunca. Cómo tienen la osadía los trabajadores de decir algo en contra de sus patronos. Cómo es posible que se atenten contra los establecidos criterios de clases sociales, a ver quién va a atender a los inútiles de la aristocracia, el clero y la alta burguesía, a quién se le ocurre.
Es que empezar un libro así de potente ya da que pensar. Un libro que en sus diferentes prólogos (Alemania 1872, Alemania 1883, Alemania 1890,Polonia 1892, Italia 1893) iba abriendo camino. El conocer el término plusvalía fue una perturbación en la fuerza, que los trabajadores se dieran cuenta que producen más valor del que reciben como salario, y que esa diferencia entre el salario y lo que el empleador realmente recibe, y gana con el esfuerzo del trabajador, sea para que algunos empresarios estafen, no paguen impuestos y lleguen a manifestar unas ostentaciones de poder fuera de todo raciocinio ha producido una serie de consecuencias contra el capitalismo.
Tanto perturbó que el papa León XIII en 1891 publicó su encíclica Rerum Novarum (“De las cosas nuevas” y por extensión “De los cambios políticos”) que entre otras cosas condenaba el socialismo por materialista y antirreligioso. Estaban emergiendo asociaciones que no se regían por la religión y eso no le gustó.
Ya escribí algo de eso por aquí.
Pío XI en su encíclica Divini Redemptoris de 1937 iba a escape libre, no se cortó un pelo diciendo barbaridades, exacerbando la superstición fanática de los más abyectos personajes con la excusa de que el comunismo era ateo y atentaba contra la propiedad privada y la libertad humana. Como toda encíclica que se ha publicado, insisten en que la libertad del humano está dentro del catolicismo, que la dignidad del evangelio no se puede dejar de lado y que para eso hay que dejar la solidaridad al lado de los religiosos que ellos saben buscar el bienestar y la prosperidad.
Pío XI (1857–1939, fue papa desde 1922 hasta 1939). Pasa a la historia por poner los pactos de Letrán al alcance de la sociedad. Pactos de Letrán o Pactos lateranenses fueron una serie de acuerdos firmados el 11 de febrero de 1929 por el cardenal Pietro Gasparri, en nombre del papa Pío XI, y por el primer ministro de Italia, Benito Mussolini, en nombre del rey Víctor Manuel III.
Roma pasaba a ser la capital de Italia y Ciudad del Vaticano la casa del papa, así que Pío XI tenía devoción por el dictador Benito Mussolini
Mientras tanto Pío XI escribía contra todo lo que supusiera que el pueblo, la clase trabajadora tuviera atisbos de mejoras sociales, cuanto más sufrimiento tengan los pobres antes alcanzarán el reino de los cielos y con esa ida de olla milenaria iban haciendo caja en todos los países cristianos católicos, la industria de la religión cristiana católica iba viento en popa. Que hubiera perdido territorio en Italia era lo de menos, ya lo recuperarían en otros países, como así sucedió.
Esa superstición que en boca de los católicos se llamaba “comunismo” servía para amedrentar una sociedad dictatorial franquista. Y todo apoyado por los diferentes papas que iban habitando en el Vaticano.
Para combatir el comunismo en España en 1950 se utilizaban una serie de preceptos llamados mandamientos de la iglesia, que no eran nuevos venían utilizándose desde hacía siglos, ahora era obligatorio. El nacionalcatolicismo de España estaba a todo meter con sus tiranías.
Para luchar contra el comunismo cayó un control superlativo sobre la mujer. La mujer es ese ente al que la empresa cristiana, el falangismo, el fascismo y el nacionacatolicismo (la unión de todos ellos) insiste en despojar de toda agencia.
Tenemos ejemplos sobre cómo el negocio anticomunista ha dejado sociedades asoladas por la superstición, las suspicacias, las malas vecindades y sobre todo, tenemos constancia de cómo se han robado propiedades privadas para cederlas a personajes nefastos, a los obispos defensores de pederastas, a los jueces legitimando las más abyectas tropelías como violaciones.
En fin, que en nombre del anticomunismo se han autorizados y validado las retóricas más falsarias que pueden conocerse. Ah, y no me vengan con que tanto la URRS, como China, Cuba, Venezuela y demás países han sido comunistas. El comunismo no se ha implantado en ningún país, confundir comunismo con el culto al líder es otra estrategia de los anticomunistas. OJALÁ se hubiera implantado el comunismo en algún país, algo que no sucederá nunca.
Bibliografía
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https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-23332010000200008
1937 Pío XI “Comunismo ateo”
2015 Francisco “Laudato si”
Listado de papas
https://www.vatican.va/content/vatican/es/holy-father.html
1983
1985
https://www.ucm.es/data/cont/docs/297-2013-07-29-3-03.pdf
https://journals.openedition.org/argonauta/2412
https://investiga.upo.es/documentos/618f58109ff8c939aacc2e3b
https://libros.uam.es/tfm/catalog/download/903/1579/1537?inline=1