El abuso religioso
Desde hace milenios nos han vendido una moto cara y mala. Nos han vendido que el Homo sapiens necesita de un ser superior para vivir, necesita saber que ha sido creado por una especie de energía inteligente que maneja los designios de la Naturaleza, el Cosmos, sobre toda la vida y en particular la vida humana.
Estos alegatos a lo que han llamado sagrado, a llamar transcendencia a un encuentro con el creador cuando se fallezca, tienen más que ver con la persuasión coercitiva que con alabanzas a dioses.
Entre las definiciones de religión se encuentran:
*Sistema de creencias, orientadas a la adoración hacia una deidad o deidades todopoderosas y que comprende comportamientos tales como plegarias, meditación y participación en rituales públicos.
*Conjunto de creencias y actos culturales que expresan la relación del hombre con lo sagrado y con la divinidad.
*Creencia en la existencia de un poder reinante sobrenatural, creador y controlador del universo, que ha dado al hombre una naturaleza espiritual que continúa existiendo después de la muerte del cuerpo humano.
*Conjunto de instituciones que formulan, organizan, administra, instrumento, doctrinas, dogmas, preceptos, normas, signos, ritos, símbolos, celebraciones o devoluciones en torno a una creencia trascendental a través de las cuales se conservan cultivan expresa colectivamente las experiencias espirituales personales.
La religión se convirtió en objeto de una ciencia humana específica en la Edad Moderna dentro del proceso de diferenciación sociocultural que en Europa transformó la cultura organizada unitariamente con sus postulados vinculados entre sí funcionalmente y que son los de verdad absoluta (metafísica), vida buena (ética y política), conocimiento recto (ciencia), y religión verdadera.
A partir del concilio Vaticano II que terminó en 1965 la industria de la iglesia cristiana impulsó la orden y puso recursos humanos para justificar la idea irracional de la existencia de eso que llaman dios con razonamiento hipotético deductivo típico del Método Científico. Entre estas disciplinas científicas que desde la iglesia se impulsan se encuentra la Psicología de la religión, que la definen como la rama de la Psicología aplicada y de la Ciencia de la Religión que trata las cuestiones psicológicas vinculadas a la práctica religiosa. Estudia las creencias, actividades y experiencias religiosas desde el punto de vista psicológico.
El fenómeno religioso adquiere rango de objeto de estudio con Williams James cuando publicó “Las variedades de la experiencia religiosa: estudio de la naturaleza humana” en 1902. Este libro suponía la culminación de las conferencias que dio en Edimburgo entre 1901–1902 que la Fundación Guilford le había encomendado. Wilhem Wundt también escribió sobre la religión entre 1900 y 1915 dentro de su obra “Psicología de los Pueblos”, ahí mostraba la esfera emocional e imaginativa que se manifiesta en las diferentes artes, danza, arquitectura, poesía, pintura, música, etc. Wundt consideró el problema de la espiritualidad del hombre dentro de la comunidad/sociedad. William James afirma que no podemos comprender y analizar correctamente las doctrinas y las instituciones religiosas más que a condición de estudiarlas a partir de la experiencia humana.
Así que en base a algo que llaman Ciencias de las religiones que es una síntesis de las principales exigencias religiosas de la Ilustración en el ideal kantiano de la comunidad ética, qué encuentra en las intenciones de la razón práctica la garantía te la instaurabilidad de un reino de Dios en la tierra. (sí, ya he dicho más de una vez que era la Filosofía la “encargada” de justificar la existencia de ese amigo imaginario que llaman dios, ahora pasa esa responsabilidad a la Ciencia, vamos, disonancia cognitiva a todo meter).
Pues como vemos se ha pasado de considerar a la filosofía como garante de la teología, y en Occidente la teología cristiana, a erigir una ciencia de las religiones que describa y explique, de alguna forma, esa presunta intuición que ha tenido el Homo sapiens del infinito, expresado a través de metáforas y personificaciones de divinidades, y entidades diversas, para dar cuenta de la fenomenología de la religión. Explicar lo sagrado, o el constructo social de lo sagrado, exponer a la religión como una experiencia vivida de tipo total, una estructura unitaria dotada de sentido en el que el estudioso debe evocar por empatía, intuir y reconstruir el fenómeno religioso de ese presunto encuentro con dios se ha vuelto una tarea de la Ciencia. Y eso sí, la teología profundizará y estudiará si a esas conclusiones que ha llegado la Ciencia sean aprobadas o no por los mandamases eclesiásticos.
Las universidades católicas se afanan por hacer artículos en los que “demuestran” que el fenómeno religioso ha estado presente en las diferentes disciplinas humanas y sociales. Concebir el fenómeno religioso como un desafío se vende muy bien en el ámbito de las Ciencias Sociales. Es un hecho es esto que se llama fenómeno religioso ha sido y es una de las dimensiones personales, individuales, colectivas y sociales del Homo sapiens. Las influencias de las religiones en usos, costumbres, hábitos, pensamientos, arte, etc., da paso a unos códigos conductuales derivados de las respectivas concepciones del Universo y del Homo sapiens. Tenemos fenómenos religiosos en la inmigración, en la Salud y la enfermedad, en la Educación formal, en el ocio, en la fiesta, en la Historia, en el Deporte, en el Trabajo, en la Universidad, en la Filosofía, en la Ciencia, es decir, tenemos fenomenología religiosa allá por donde el Homo sapiens se mueve.
Y todo este rollo para qué
Ya tenemos claro que la religión y el fenómeno religioso impregna las cotidianidades de los Homo Sapiens da igual la zona geográfica donde vivan, da igual la cultura en la que se encuentren inmersos, da igual el siglo que les haya tocado vivir. Ahí ha estado la protoreligión o la religión para poner y quitar necesidades, deseos, anhelos, conductas, creencias, o lo que los mandamases religiosos del momento considerasen que había que poner o quitar en nombre de dioses, dios, o seres supranaturales que velan y castigan al Homo sapiens en función de las presuntas búsquedas de salvación que “supuestamente el corazón del Homo sapiens anhela”.
Así que a lo largo de los milenios se han ido especializando en tener y mantener una maquinaria religiosa que con la excusa de la búsqueda de salvación, sabiduría, la verdad, vendiendo la moto cara de que la religión como un misterio absoluto al cual hay que ir accediendo en base a unos preceptos, cada religión tiene los suyos propios, para que el Homo sapiens se encuentre a sí mismo y al diosito de turno.
Así que para que la maquinaria de las industrias de las religiones funcione a todo trapo hace falta la materia prima primordial, la Infancia. A la mayoría de la Infancia, da igual el país donde viva, se le va instruyendo desde el nacimiento en que “sin la religión la vida no tiene sentido”. Cuando ya están llegando a la adolescencia entonces se les dice que “sin religión no hay ética” y por extensión indican “que la moral humana proviene de dios y las religiones que pregonan ese mensaje de dios”. Todo muy estudiado, sí, siglos antes de que Piaget y Kohlberg explicaran el desarrollo de la moral en el niño, la industria de la religión ya sabía qué, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué ir metiendo las ideas irracionales de dioses, misterios y trascendencias en base a ir quitando y poniendo miedos aprendidos para lograr esos objetivos que se habían propuesto. Ojo, todo objetivos muy terrenales como adquirir poder territorial, conseguir joyas y obras de arte, conseguir que les hicieran bellos edificios, y sobre todo, el poder de mangonear a los coetáneos, todo muy terrenal y nada trascendente.
Este adoctrinamiento religioso (en la industria de la iglesia católica y sus derivados protestantes, evangelistas y pentecostales) pasa por una serie de ritos y rituales que abarcan todo el ciclo vital humano, desde el nacimiento hasta el fallecimiento. Ir metiendo la idea irracional de una presunta verdad suprema que está en manos de los cristianos, (o judíos, o musulmanes, o budistas, o lo que sea, da igual la religión o filosofía religiosa de la que se hable) “es el deber sagrado de estos padres cristianos, porque si no lo hacen así, son padres perezosos”. Así que para mantener la industria de la religión, una de las estrategias que se utiliza es exacerbar desde la infancia las supersticiones que tenemos de base los humanos.
La perversión de la religión
Cuando se cría a un niño/a con las irracionalidades de angustias y miedos porque seres imaginarios han llenado la imaginación y las horribles fantasías de infiernos con llamas de fuego eternas, de diversos suplicios que van escalando en función de los presuntos pecados que se cometan, el uso de santas mentiras para gestionar los sentimientos y emociones dependiendo de los estados de ánimo, objetivos y estrategias para conseguir esos objetivos de los mandamases de turno de la religión. La angustia respecto del pecado, el ser castigado, el miedo a la venganza de ese dios omnipotente, que todo lo tiene controlado, ese pecado original que tanto daño ha hecho y sigue haciendo. Ese miedo a la a una muerte que se exacerba cuando “no te has arrepentido en confesión de tus pecados”
Catecismos, manuales religiosos, ritos y prácticas
Tenemos muchas barbaridades que hacen los humanos a los niños en nombre de religiones o de dioses. Circuncisión a los bebés macho nada más nacer, por parte de los judíos, y por si no lo saben, el chamán judío de turno muerde el glande del neonato para mayor gloria de su diosito. Tenemos la ablación del clítoris de las niñas y ojo, ojo, que la practican los cristianos coptos de Egipto y la cuenca del Nilo, también en Colombia hay esa praxis. Tenemos el matrimonio infantil, los padres para evitar el infierno, dan su niña a un dignatario religioso o a un miembro de su familia. La constante discriminación a las niñas que no tienen acceso a la escuela. Los niños son las primeras víctimas de los conflictos bélicos religiosos y en actos terroristas.
El adoctrinamiento religioso puede ser muy dañino, y romper con una religión autoritaria definitivamente puede ser traumático. Implica un trastorno completo de la construcción de la realidad de una persona, incluido el yo, otras personas, la vida, el futuro, todo.
Los fundamentalismos religiosos no son ajenos a la sociedad humana. Las creencias de grupos de individuos en la autoridad absoluta de las religiones o las enseñanzas religiosas, y en el liderazgo de un líder religioso en particular. La mayoría de sistemas de creencias en el mundo se someten a crítica, a evaluación y a la criba de los cognitivos humanos. El fundamentalismo religioso considera que no tiene lugar la crítica entre sus enunciados, que dicta la verdad absoluta, y que tienen que ser implementados al resto del mundo.
El fundamentalismo religioso expresa un conjunto de creencias basadas en una interpretación literal de un manuscrito considerado sagrado, con una exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina.
Altemeyer y Hunsberger en 1992 definieron el fundamentalismo religioso como:
“la creencia de que hay un conjunto de enseñanzas religiosas que contienen claramente la verdad de modo infalible acerca de la humanidad y la deidad”
Para la evaluación de este constructo desarrollaron la escala de Fundamentalismo Religioso en 1992 con 20 ítems. Posteriormente revisaron la escala porque parece ser que no captaba la complejidad del fundamentalismo y en 2004 expusieron una escala unidimensional compuesta por 12 ítems con una consistencia interna de 0.86.
Altemeyer y Hunsberger en 2004 también redefinieron el constructo “fundamentalismo religioso”:
“Creencia en la existencia de una sola suma de enseñanzas religiosas que contiene la verdad esencial acerca de la humanidad y la deidad, que se deben de seguir éstas según las prácticas tradicionales del pasado y que quienes las obedecen tienen una relación especial con la deidad” (p.48).
Características de los fundamentalismos religiosos:
1) la concepción de los textos sagrados como una forma directa de revelación divina;
2) estos textos sagrados están considerados como exentos de error;
3) la interpretación debe ser literal;
4) desconfiar de la razón humana y rechazar el aporte científico.
¿Qué consecuencias sociales trae el fundamentalismo religioso?
Se ha relacionado el fundamentalismo religioso con una baja apertura a nuevas experiencias y a niveles altos de autoritarismo, actitudes prejuiciosas, discriminación hacia homosexuales, grupos étnicos, madres solteras y otras minorías. Se han constatado actos violentos hacia personas del exogrupo o de grupos minoritarios.
Hay que tener claro que hay muchas organizaciones religiosas destructivas. Capaces de causar graves daños en varios aspectos de la vida de una persona. Suprimir la voluntad de los fieles feligreses, atribuir valor existencial a conceptos como cielo, infierno, pecado que son utilizados para manipular e intimidar produce una violencia psicológica, en principio, brutal en los cerebros en desarrollo de los niños. Ese adoctrinamiento basado en el temor, amenazas implícitas, e impuestos sentimientos de culpa afectan al desarrollo óptimo de una personalidad autónoma.
Si en la edad adulta una persona decide dejar la organización religiosa en primer lugar se enfrenta al ostracismo. Después puede llegar la depresión, ansiedad y ataques de pánico que perturban su personalidad y sus relaciones sociales incipientes fuera del ámbito religioso.
Está emergiendo un nuevo concepto llamado “síndrome de trauma religioso” propuesto por la Doctora en Psicología Clínica Marlene Winell. La religión puede causar traumas físicos y psicológicos en el férreo adoctrinamiento que han impuesto durante siglos. El fundamentalismo religioso es un freno de mano cognitivo, social, filosófico, científico y cultural. Las prácticas abusivas que coartan la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de religión es un lastre que está durando siglos. Obligar a los niños a participar de los ritos y los rituales religiosos puede devenir en maltrato infantil. Una cuestión como la religión tiene que ser una decisión plenamente consciente, comprendiendo hasta las últimas consecuencias qué quiere decir “pertenecer a una religión” y por supuesto, ninguna religión tiene que romper el equilibrio de dos necesidades básicas humanas que son la necesidad de individualidad y la necesidad de pertenencia al grupo. La religión, da igual qué religión, no se elige libremente, se impone según la zona del planeta en que se ha nacido.
El término “síndrome de trauma religioso” no está reconocido aún por el Manual de Diagnóstico de Desórdenes Mentales (DSM), pero pueden verse los paralelismos claramente.
Muchos adultos cuando quieren romper los lazos de relaciones religiosas experimentan signos y síntomas perturbadores: confusión, ansiedad, ataques de pánico, trastornos del sueño y la alimentación, ruptura de la red familiar y social, soledad, culpa, mucha culpa por intentar dejar atrás unas relaciones sociales que le estaban causando mucho sufrimiento.
Conclusión
La religión puede causar y causa un gran sufrimiento personal, familias fracturadas y ruptura social. Hay muchas personas que necesitan y merecen reconocimiento y tratamiento por parte de profesionales informados. Necesitamos dejar de hacer de la religión un caso especial en el que la crítica es un tabú.
Las diferentes industrias de las religiones no consideran esto importante. Liberarse de una religión controladora de la mente y restrictivas social y personalmente no es fácil, más si se ha vivido inmerso en esas creencias desde el nacimiento. El manejo de la disonancia cognitiva por años produce un cansancio cognitivo superlativo. Llevar a cabo constantes códigos de conducta represivos supone carencias en habilidades sociales que de adulto cuestan más de adquirir. Los líderes religiosos cuentan con una serie de amenazas reales y trascendentales para que sus víctimas se queden donde están, por mucho abuso que están recibiendo. La indefensión aprendida es tan grande que se ha anulado su ser persona en base a su ser esclava de un líder religioso que busca sus propios beneficios y no la ayuda a la sociedad.
Pertenecer a una organización religiosa crea una serie de hábitos, costumbres, relaciones sociales que están impregnados por el sistema religioso de creencias. Si se quiere desvincular de esa organización religiosa motu proprio puede llevar un par de años, mínimo. El desmoronamiento de la visión y explicación del mundo asociado a la religión que le ha dado respuesta a cualquier planteamiento humano o divina, es estar recordando constantemente esas enseñanzas sobre infiernos varios y condenas eternas que metieron a la infancia entre los 4 y 7 años.
Y sí, esto es maltrato infantil
La frase mítica de este “niño predicador” era: “Yo no soy de la evolución”
Este niño creció y ya no es predicador, es cantante de rock cristiano. En fin, el artisteo que los padres quieren poner en estos niños que le dio mucho lucro a la familia, sí, el maltrato. Se están aprovechando de un niñito para pasearlo por los ambientes y sacar algún tipo de beneficio con una persuasión coercitiva brutal.
Bibliografía:
http://www.ndavidhubbardlmhc.com/uploads/8/9/3/1/8931162/religious_trauma_syndrome.pdf
https://new.exchristian.net/2011/11/trauma-from-leaving-religion.html#.YrGC7YzMKUk
https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/8870/1/religiosidad-espiritualidad-conceptos.pdf
https://laicismo.org/adoctrinamiento-religioso/18851
https://www.humanium.org/es/enfoques-tematicos/practicas-culturales/religion/
